Se nos hace que a AMLO poco a poco se le va ir quitando lo sencillo y le va a gustar lo «fifí y se va a parecer, en este aspecto, a Peña Nieto. En sus campañas políticas presumía mucho de come sabroso en pequeñas fonditas. Pero últimamente, asistió a una boda lujosa y hasta apareció en un recuadro en la portada de la Revista «Hola». Y ahora comentan en «Templo Mayor», que este jueves los comensales del célebre restaurante «Las Mañanitas» de Cuernavaca se llevaron una sorpresa al verlo llegar a comer ahí, después de una gira. «Nada más no le vayan a decir que es uno de los restaurantes más exclusivos y caros de la entidad, porque anda muy sensible con las críticas por los lujos que se dan algunos promotores de la Cuarta Transformación», escriben en «Reforma». En la gráfica, comiendo frijol con puerco, en un lugar modesto.