México intentará hilar triunfos por primera vez con su renovada plantilla de jugadores y de paso saldar una cuenta pendiente el martes, cuando reciba en un partido amistoso a Chile, que busca lavarse la cara tras ser goleado por Perú.
Los mexicanos, que atraviesan un cambio generacional y dejaron fuera de su convocatoria a jugadores que han sido regulares en los últimos tres Mundiales, rompieron una racha de cuatro derrotas al vencer 3-2 a Costa Rica el jueves.
México no ganaba desde que se impuso a Corea del Sur en el Mundial y arrastraba derrotas ante Suecia y Brasil en Rusia 2018, además de otras dos en amistosos ante Uruguay y Estados Unidos, en septiembre.
El Tri enfrentará a Chile por primera vez desde la Copa América Centenario, cuando los mexicanos sufrieron la peor derrota de su historia al caer por 7-0.
“No sé si es una revancha deportiva, en lo personal no lo veo así, veo partido de preparación para los dos y lo que ocurrió anteriormente se quedó en el pasado, vamos a buscar hacer las cosas lo mejor posible pero no lo veo como una revancha porque las circunstancias no son las mismas”, dijo el lunes por la noche el técnico brasileño Ricardo Ferretti.
El “Tuca” Ferretti, quien rechazó quedarse de manera permanente en el cargo, viene de dirigir su tercer encuentro como interino mientras los dirigentes encuentran al sustituto definitivo de Juan Carlos Osorio.
El colombiano Osorio era el técnico cuando ocurrió la paliza. Se negó a renovar su contrato tras el Mundial.
Osorio no será el único ausente, pues México atraviesa un recambio generacional y Ferretti dejó fuera de la convocatoria a regulares como Javier Hernández, Carlos Vela, Guillermo Ochoa, Giovani Dos Santos, Héctor Moreno y Andrés Guardado, quienes han sido la base del equipo mexicano.
Sólo seis jugadores del plantel actual estuvieron presentes en la paliza ante los chilenos.
“Lo que sucedió antes, se quedó atrás. Esta es una nueva etapa y no iremos a la cancha a jugar con miedo, iremos tranquilos y con la confianza de que podemos hacer las cosas muy bien”, agregó Ferretti, quien convocó a una camada de jugadores que promedió menos de 25 años de edad, cuando en el Mundial la media era superior a los 29.
“Esta es una nueva selección y vamos a tratar de hacer mucho mejor las cosas para merecer incluso ganar porque todos hablan de no perder y yo pienso en ganar. Yo te puedo decir que los jugadores están tranquilos y que el partido pasado no les pasa por la mente”, agregó el estratega. “Yo sinceramente no he oído ni un solo comentario de parte de los jugadores de ese partido, lo he escuchado de ustedes (la prensa)”.
A diferencia de lo ocurrido hace un par de años, cuando Chile arrolló a los mexicanos en ruta a su segundo título consecutivo de la Copa América, la Roja no pasa por gran momento y también está renovando a su generación dorada.
Después de perderse el Mundial de Rusia, los chilenos nombraron al colombiano Reinaldo Rueda como su nuevo entrenador, quien inició su era con un empate a cero ante Corea del Sur en Seúl y la goleada de 3-0 ante Perú, en un duelo amistoso realizado en Miami el viernes.
“Duele y preocupa, porque si nos dejamos llevar por los últimos 30 minutos somos un desastre, pero si vemos los primeros 60 minutos quizás no hicimos un buen juego, pero mantuvimos nivel”, declaró Rueda, quien relevó al argentino Juan Antonio Pizzi.
Rueda intenta también renovar a la Roja, pero es un cambio paulatino y el equipo mantiene a referentes como Gary Medel, Arturo Vidal y Alexis Sánchez, quien se perdió el partido ante los peruanos por un problema de visado _si bien estará presente para el choque en México.
“Hay que encarar este proceso así, hay que correr riesgos y es difícil”, agregó Rueda, quien dejó fuera a jugadores regulares como Marcelo Díaz y el arquero Claudio Bravo. “Tenemos muy buenos jugadores, pero el peso y la responsabilidad de la selección es difícil y esto va a pasar hasta que logremos estabilizar un equipo, que tenga una fortaleza y logremos igualar a una generación dorada que consiguió muchos éxitos”.
El partido está programado a las 20:45 locales (01:45 GMT) en el estadio Corregidora de Querétaro, ciudad localizada a unos 300 kilómetros al noroeste de la capital.