El Manchester City fue demasiado potente para la ilusión del Shakhtar y, bajo la batuta de David Silva, se apuntó su segundo triunfo consecutivo de 0-3 que le permite enfocar la segunda mitad de la Fase de Grupos de la Champions League como se preveía, como jerarca del Grupo F.
Ya está olvidada la derrota en el encuentro inicial contra el Lyon, la única del conjunto de Pep Guardiola este curso. Las victorias contra Hoffenheim y Shakhtar le han permitido recomponer el rumbo y, como en esta ocasión, con un magnífico juego, sobre todo en la primera mitad, mientras que deja al cuadro ucraniano ya sin margen de error.
El técnico español del conjunto ‘blue’ permitió que el belga Kevin de Bruyne, que reapareció ante el Burnley, disfrutara de su primera titularidad desde mayo. Sergio ‘Kun’ Agüero quedó en el banquillo. También fueron de la partida Gabriel Jesus y Riyad Mahrez. Todos, junto a Raheem Sterling, una auténtica pesadilla para la zaga local, tanto en juego estático como en las vertiginosas contras.
El Manchester City, dominador absoluto desde el pitido inicial, tuvo numerosas y claras ocasiones para abrir la cuenta antes de que David Silva al minuto 30, con una volea que entró por bajo, y Aymeric Laporte al 35′, con un remate de cabeza a la salida de un córner, reflejaran en el marcador lo que estaba ocurriendo en el césped del estadio Metalist de Kharkiv.
Los hombres que dirige el portugués Paulo Fonseca trataron de hacer valer su orden y la velocidad a la contra, sobre todo de Fernando, pero de nada les valió ante un rival tan superior.
En los anteriores partidos el Shakhtar había sido capaz de equilibrar resultados adversos ante Hoffenheim y Lyon, pero este Manchester City, en un día medianamente bueno, es mucho más.
Hace menos de un año, en la pasada edición, el conjunto inglés perdió ante el Shakhtar (2-1), pero llegaba con el pase asegurado y los ucranianos necesitaban ganar para pasar a Octavos.
Esta vez fue todo bien distinto y el Campeón ucraniano encajó la primera derrota de su historia como local ante un equipo inglés. Aunque lo intentó, apretó y demostró tener una fe inquebrantable, tan solo pudo inquietar la portería rival de forma esporádica.
No le dio para más. El portugués Bernardo Silva, que acababa de reemplazar a De Bruyne, puso la puntilla al culminar con un disparo ajustado a un poste un contragolpe iniciado por él mismo. El resultado pudo haber sido más amplio, pero tampoco el City pareció querer hacer mucha más sangre.