El coordinador de la ONU para la ayuda humanitaria, Mark Lowcock, alertó hoy que 14 millones de yemeníes están al borde de la hambruna, en un país que ya es señalado de sufrir la peor catástrofe humanitaria en el mundo.
En una sesión en el Consejo de Seguridad de la ONU, Lowcock destacó que 14 millones de habitantes de Yemen, quienes representan la mitad de su población, enfrentan condiciones previas a la hambruna, lo que significa que dependen totalmente de la ayuda externa para sobrevivir.
“Mi evaluación, mi reporte para ustedes, es que ahora existe un peligro claro y presente de una gran hambruna inminente que amenaza Yemen: mucho más grande que cualquiera de los que los profesionales en este campo hayan visto durante su vida laboral”, alertó el funcionario.
Lowcock indicó que las personas que se encuentran al borde de la hambruna en Yemen, que desde 2015 es el escenario de un conflicto internacional, reciben ahora asistencia alimentaria apenas suficiente para sobrevivir, no para prosperar.
El sistema inmunológico de millones de personas que han recibido apoyo de subsistencia durante años se está colapsando, lo que hace que, especialmente los niños y los ancianos, tengan más probabilidades de sucumbir a la desnutrición, el cólera y otras enfermedades, advirtió el funcionario.
En ese sentido, Lowcock precisó que los trabajadores humanitarios han sido testigos de un creciente número de muertes relacionadas con la alimentación. Aunque se cree que el número real de decesos en Yemen es mucho mayor debido a que muchas personas perecen lejos de los hospitales.
“Muchos yemeníes son demasiado pobres para acceder a los hospitales que aún están abiertos. Incapaces de llegar a la atención médica, las personas a menudo mueren en casa, y muy pocas familias reportan estas muertes”, aseguró Lowcock.
El funcionario señaló que a fines del año pasado, una agencia de ayuda estimó que 130 niños menores de cinco años morían cada día de hambre o por enfermedades extremas. Eso representa, el fallecimiento de cerca de 50 mil infantes en el transcurso de un año.
Lowcock puntualizó además que las partes en el conflicto continúan violando el derecho internacional humanitario y que, desde fines de mayo pasado, suman más de cinco mil violaciones.
Esas violaciones incluyen ataques masivos contra civiles, así como destrucción de infraestructura civil crítica, incluidos hospitales, sistemas de electricidad y agua, mercados, carreteras y puentes.
La fase internacional del conflicto en Yemen inició luego de que rebeldes hutíes tomaran el control de la capital, Saná, y obligaran al presidente a huir.
Una coalición liderada por Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, con apoyo militar de Estados Unidos y Reino Unido, lanzaron una ofensiva militar en Yemen en apoyo al presidente defenestrado.
De acuerdo con la ONU, la coalición ha llevado a cabo numerosos ataques indiscriminados que han causado la muerte de miles de civiles en violación de las leyes de la guerra.
Por su parte, las fuerzas hutíes, con apoyo de Irán, han disparado artillería indiscriminadamente contra ciudades yemeníes y han lanzado cohetes a zonas pobladas de Arabia Saudita.