El Atlético de Madrid sufrió un duro golpe en el ánimo al ser humillado 4-0 por Borussia Dortmund, y consumar así una de las peores derrotas en la era del Cholo Simeone.
El marcador quizá fue exagerado, quizá no hubo tanta diferencia en el juego, sí abrumadora en la pegada arriba, pero un resultado tal no fue una casualidad, porque el Atlético cometió errores atrás, porque la sustitución de Saúl Ñíguez no pareció acertada y porque no buscó el partido hasta el segundo tiempo, cuando ya perdía 1-0.
Es cierto que en el 1-0 en contra no tuvo suerte, un disparo raso de Witsel desde el borde del área cerca del descanso que no tenía otro destino que las manos de Jan Oblak hasta que impactó en el pie de Lucas Hernández, desviado definitiva e invariablemente hacia el lado contrario para hacerlo inalcanzable para el portero esloveno.
Los Colchoneros no estaban sufriendo, aunque carecían de pegada y generación al frente. Después, en el viaje hasta el descanso, el equipo de Simeone sí sintió ya la rapidez de su rival, el paso atrás que le provocó por momentos, un disparo de Witsel desde lejos que atrapó desde el suelo Oblak, un remate fallido por dirección y altura con todo a favor de Pulisic, el citado gol y un cabezazo más de Zagadou.
Con el correr de los minutos el equipo español fue mejor que su rival, sin embargo, volvió a fallar en el momento importante, el de definir y buscar un empate que jamás llegó.
Y el partido se escapó ya sin remedio, con el 2-0 de Guerreiro a pase de Achraf. El poste luego frustró a Correa, pero el duelo ya estaba perdido, más aún con el 3-0 al contragolpe que sirvió Achraf y marcó Sancho, en posición de fuera de juego, y finalmente con el 4-0 de Guerreiro que completó el golpetazo del Atlético en Dortmund.