El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, asilado en la embajada de Ecuador en Londres desde 2012, estaría dispuesto a entregarse a la justicia de Reino Unido si se le asegura que no será extraditado a Estados Unidos, dijo este viernes uno de sus abogados.
«Él podría afrontar esa situación, claro que lo podría hacer. Pero lo que se está solicitando de parte del equipo legal es que exista el aseguramiento necesario de que después de esa condena no sea extraditado a Estados Unidos», dijo el ecuatoriano Carlos Poveda, uno de los abogados de Assange, al canal Ecuavisa.
El procurador general ecuatoriano, Íñigo Salvador, dijo el jueves a la prensa que Quito había conseguido «garantías» por parte de Londres de que el creador de WikiLeaks «no sería» entregado a ningún país en caso de salir de la legación.
La justicia británica mantiene una orden de detención contra Assange por incumplir obligaciones de su libertad condicional cuando era acusado de supuestos delitos sexuales cometidos en Suecia.
Aunque las causas suecas no prosperaron, el creador de WikiLeaks teme que si deja la embajada pueda ser extraditado a Estados Unidos, por difundir miles de secretos oficiales de esa nación a través de su página web.
Assange se refugió en la legación de Ecuador en Londres en junio de 2012 para evitar entonces ser extraditado a Suecia para responder a las acusaciones. Dos meses después, Quito le concedió asilo diplomático sin que Reino Unido le otorgara un salvoconducto para que pudiera salir sin problemas de la embajada.
«En la justicia británica él (Assange) podría estar inclusive condenado de tres a seis meses» de cárcel por desacatar términos de su libertad condicional, indicó Poveda.
El abogado agregó que la garantía de que no será entregado a Estados Unidos es una «condición sumamente importante» para que el australiano de 47 años se someta a la justicia británica.
Derechos vulnerados
Según Salvador, Quito planteó dos alternativas para solucionar el caso Assange.
La primera es que el australiano se entregue a la justicia británica con las garantías conseguidas por Ecuador.
Londres informó que la sanción por incumplir los controles de libertad condicional «no rebasarían los seis meses» y «que no sería deportado o extraditado a ningún otro país», manifestó el procurador.
La otra opción es que permanezca en la embajada bajo un protocolo especial con reglas sobre visitas, comunicaciones y condiciones de salubridad, cuyo incumplimiento derivará en la «terminación del asilo».
«Puesto que el asilo se ha prolongado ya seis años y nada muestra que pueda solucionarse inmediatamente, vamos a atenernos a unas reglas», señaló Salvador.
El procurador dijo que el canciller ecuatoriano, José Valencia, informó sobre este protocolo en agosto en una carta al ex juez español Baltasar Garzón, director del equipo legal del australiano.
Poveda enfatizó que las reglas fueron impuestas de manera unilateral el 12 de octubre y que «violentan algunos derechos de carácter fundamental» de Assange, a quien Quito llegó a darle un rango diplomático que no fue reconocido por Londres.
La justicia ecuatoriana deberá resolver una demanda constitucional presentada por Assange contra Valencia para lograr el restablecimiento de sus telecomunicaciones, cortadas desde marzo, e impedir la aplicación de este protocolo.
Ecuador suspendió todas las comunicaciones de Assange con el exterior de la embajada por faltar a su «compromiso escrito de no publicar mensajes que constituyeran una injerencia en la relación con otros Estados».
La audiencia sobre la acción de protección presentada por Assange se instaló el jueves en un tribunal de Quito, pero casi dos horas después fue suspendida por problemas técnicos y de traducción idiomática, sin que haya fecha fijada para la reanudación.