Cientos de ingenieros y otros trabajadores de Google abandonaron sus puestos de trabajo el jueves por la mañana en protesta por el trato indulgente que el gigante de Internet dio a directivos acusados de acoso sexual.
Los empleados salieron a las calles en Tokio, Singapur, Londres y otras ciudades. En Dublín, los activistas utilizaron megáfonos para expresar apoyo a las víctimas de acoso sexual.
Se trata de la muestra más reciente de la respuesta contra la explotación masculina de mujeres subalternas en los sectores empresarial, político y del espectáculo. En Silicon Valley, las mujeres se están hartando de que las plantillas estén compuestas mayoritariamente por hombres, un desequilibrio evidente que, según los críticos, fomenta conductas desagradables similares a las de una fraternidad universitaria.
La protesta de Google, llamada «Paro por el cambio real», se celebra una semana después de que el New York Times detalló acusaciones de conducta sexual indebida contra el creador del software Android, Andy Rubin. Según el reporte, Rubin recibió una indemnización de 90 millones de dólares en 2014 pese a que Google concluyó que las denuncias en su contra eran creíbles.
Rubin calificó el artículo del Times de inexacto y negó las acusaciones en Twitter.
La misma publicación reveló acusaciones del mismo tipo contra otros ejecutivos, como Richard DeVaul, director del mismo laboratorio afiliado a Google que creó proyectos como los autos sin conductor o los globos que pueden transmitir internet. Aunque las quejas aparecieron hace años, DeVaul renunció el martes sin indemnización, según confirmó Google el miércoles.
El director general de Google, Sundar Pichai, se disculpó por las «acciones pasadas» de la empresa en un correo electrónico enviado a los empleados el martes. El comunicado no mencionó los supuestos incidentes que salpican a Rubin y DeVaul, pero el CEO tampoco puso en duda la información publicada por el Times.