El fundador del portal de denuncias Wikileaks, Julian Assange, deberá pagar a partir de este sábado todos los gastos personales que genere en la embajada ecuatoriana en Londres, donde está asilado desde 2012, dijo hoy su abogado, Carlos Poveda.
«Los gastos los va a pagar, no hay ningún inconveniente», dijo el letrado ecuatoriano, aclarando que la Fundación Wikileaks, a la que está vinculada la plataforma de filtraciones, recibe donaciones de diferentes esferas con las cuales se pueden sufragar los gastos.
La fecha para que Assange empiece a asumir estos costes está incluida en el protocolo de convivencia de la embajada ecuatoriana que el Gobierno en Quito decidió aplicar hace dos meses. Allí se contempla que los gastos de «alimentación, cuidados médicos, lavandería» y otros correrán a cuenta del asilado.
Incluso se decidió que los gastos de alimentación y aseo de su gato sean pagados por el australiano, lo que motivó que su mascota sea sacada de la embajada y entregada a las familia de Assange.
Assange solo se beneficiará a partir de ahora de los servicios generales de la embajada como «arriendo, electricidad, agua potable, calefacción y el servicio de comunicaciones por wifi o Internet inalámbrico».
Poveda recordó que el incumplimiento de cualquiera de estas disposiciones será motivo para que el gobierno ecuatoriano lo expulse de su legación y que esa es la «principal preocupación» de los grupos de abogados que le defienden.
El jurista dijo que los defensores de Assange trabajan por militancia y compromiso y en su mayoría son activistas por los derechos humanos. En su caso señaló que sus servicios son gratuitos con una cláusula «pro bono».
Por otra parte, Poveda negó que el famoso ciber activista haya sostenido reuniones con el ex jefe de campaña de Donald Trump, Paul Manafort, según aseguró la prensa británica. «Es totalmente falso», indicó.
Assange permanece desde hace más de seis años en la embajada ecuatoriana en Londres, donde se refugió para evitar ser extraditado a Suecia, donde se lo acusaba de abusos sexuales, porque temía que el país escandinavo lo entregara a su vez a Estados Unidos. Suecia ha retirado entretanto los cargos por prescripción, pero Assange cree que será detenido de todos modos si abandona el edificio para ser interrogado por las actividades de WikiLeaks, la plataforma que reveló miles de documentos secretos estadounidenses de las guerras de Irak y Afganistán. En los últimos tiempos su relación con las autoridades ecuatorianas es muy tensa, ya que el actual presidente, Lenín Moreno, considera que Assange «es una piedra en el zapato» para su política internacional y no lo respalda como sus antecesor, Rafael Correa.