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La Jornada

El aumento al salario mínimo no llevará a presiones inflacionarias debido a que el número de personas que ganan este sueldo base y que por ende se verán beneficiadas en un primer momento es mínimo, apenas alcanza 3.3 por ciento de los trabajadores en el sector formal, puntualizó en conferencia de prensa Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer.

«Este aumento al salario mínimo no va tener presiones inflacionarias porque el número de trabajadores que lo perciben en el sector formal es relativamente bajo, alrededor de 3.3 por ciento», explicó en conferencia de prensa.

Añadió que hasta el momento la inflación general va a la baja, un efecto en ésta a razón del aumento salarial sólo podría darse en caso de que el alza tenga un efecto dominó a otros grupos de salario o que también tenga efecto en el sector informal. Un escenario improbable dado que no tuvo dicho efecto el año pasado en que se incrementó en 10 por ciento.

En general y pese a un impacto amplio a corto plazo, el economista calificó de “medida acertada” el aumento de más 16 por ciento en este indicador y que lo llevó de 88.36 pesos diarios a 102.68 a partir de enero de 2019.

“Nosotros creemos que va a favorecer la recuperación del poder adquisitivo de quienes menos ganen (…) hay que reconocer es que el salario mínimo en México se había quedado rezagado», expuso Serrano al compararlo con el de otros países con economías similares y que de acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico se cuenta al final de la lista.

En ese sentido, explicó que de acuerdo con los resultados a octubre de este año, la inflación general continuó bajando, aunque con un ritmo más lento de lo esperado. Sin embargo, desde la cancelación del aeropuerto en Texcoco permanecen presiones que generan incertidumbre, es por ello que en BBVA consideran que mañana jueves 20 de diciembre el Banco de México aumentará en 25 puntos base su tasa de referencia para ubicarla en el histórico 8.25 por ciento.

Será hasta 2019, continuó Serrano, que se prevé una pausa en la política monetaria en el primer semestre del año. Para esa fecha se estima que el Banco de México baje en 50 puntos base su tasa de interés para dejarla en 7.75 por ciento.