“Luigi Pirandello.”
En el año 1934 la Academia Sueca otorgó el Premio Nobel de Literatura al escritor italiano Luigi Pirandello. Pirandello fue el tercer escritor de lengua italiana en obtener el prestigiado galardón, su reconocimiento literario se encuentra principalmente en sus obras teatrales, sin embargo, también escribió gran cantidad de cuentos y siete novelas. En el año 1904 salió publicada la novela más emblemática y universalmente conocida titulada: “El difunto Matías Pascal”, novela filosófica, moderna, vibrante, y sobre todo vigente. Vayamos a ella.
Pirandello perteneció a una acaudalada familia siciliana, su padre Don Stefano fue un hombre enérgico, autoritario, no olvidemos que en la cultura de la región de Sicilia, el honor, la valentía, el rango social, son valores incuestionables, todo esto provocó una relación tensa entre padre e hijo, aclarando que el valor de la familia no estaba en juego, sólo que las reglas internas son muy rígidas y Luigi al inicio sufrió esas consecuencias porque fue obligado a estudiar Derecho y Comercio, con el paso de los años Luigi adquirió cierta autonomía de decisión, se casó, fue a Alemania a estudiar filosofía y a su regreso a Italia se estableció en Roma, allí vivió su vida junto a su esposa e hijos, pero en lo económico seguía dependiendo del padre.
En 1903 llegó a la casa de Luigi una carta de su padre comunicándole que prácticamente los negocios de la familia habían desaparecido y quedaban en ruinas. La esposa de Luigi literalmente enloqueció, y de 1903 a 1917 vivirán una difícil y dura vida de enorme estrechez económica, es importante conocer el contexto antes señalado porque en esta etapa es cuando Luigi escribe importantes obras teatrales y su novela cumbre arriba mencionada, en palabras textuales Pirandello sobre lo antes expuesto escribió:
“Llevé al monte de piedad las joyas de mi mujer y me dieron por ellas seiscientas liras; escasamente lo preciso para vivir un par de semanas. Cinco días después, providencialmente, me pedían un cuento para la revista “Marzocco”, en la que yo había colaborado durante varios años renunciando siempre al modesto estipendio de treinta liras que ofrecían entonces. Al enviar el cuento escribí una carta al propietario de la revista, exponiéndole a cara descubierta mi situación de angustia, y unos días más tarde este señor me mandaba tres mil liras en compensación de toda mi colaboración pasada. Mientras vivía con aquel dinero, cuidando personalmente a mi mujer enferma, escribí la novela El difunto Matías Pascal. ¡Y luego dicen que el trabajo exige quietud y serenidad!”
Yéndonos directamente a la novela, el protagonista central se llama Matías Pascal, Matías al igual que su creador vive una infancia tranquila, feliz, con muchos consentimientos, el padre de Matías murió cuando este tenía sólo cuatro años, por lo tanto, la formación, educación y sostén de Matías y su hermano Roberto estarán a cargo de su madre, en los primeros años hasta la adolescencia de Matías la familia Pascal vivió de las rentas y los ranchos heredados por el padre, el administrador de la familia es un personaje llamada Malagna, la madre de Matías era una mujer sana, pero ingenua, a la vista de todos Malagna se convertía en un hombre rico y los Pascal cada vez contraían más deudas y poco a poco iban perdiendo sus propiedades, Matías lo percibía pero por su temprana edad poco podía hacer o poco caso se le hacían.
Matías empezará a convivir con la joven Romilda, sobrina de Malagna, Matías se enamora de la bella joven, ella, tal vez de él, el caso es que Romilda salió embarazada, aquí se descubre que Romilda tenía un romance con Matías y al mismo tiempo con su tío Malagna, quien ocasionó este doble romance fue la mamá de Romilda llamada Mariana Dondi. Esta mujer interesada, fría y calculadora, quería que su hija comprometiera a Malagna con un hijo por el tema de la herencia, pero Malagna aunque no quería acéptalo era estéril, el ejemplo es que no había podido embarazar a su esposa Oliva. Matías cuando descubre toda la historia va con Oliva, le platica y la convence que la única forma de salvar su matrimonio es diciéndole a su esposo que no es estéril porque ella ya está embarazada, Oliva accede y Matías ejecuta su plan, al final, hasta esta parte de la historia Malagna está feliz porque tendrá un hijo con su esposa Oliva, además, se entera que el embarazo de Romilda no lo provocó él, sino Matías y lo obligó a casarse con su sobrina.
Como regla que no falla, lo que mal empieza mal termina, casado a la fuerza con Romilda, Matías llevará una vida invivible, venidos económicamente a menos se ve obligado a compartir el hogar con su perversa suegra y llevarse con él a su querida madre, hay momentos de enorme carencias económicas, pleitos, indirectas, ofensas, Romilda le dará dos hijas al mismo tiempo, una muere al nacer, la otra murió al año de nacida el mismo día que la mamá de Matías, toda esta tragedia pesaban enormemente en el alma de Matías, un día al salir de su trabajo de bibliotecario decidió abandonar todo e irse para América, viajó por muchas ciudades francesas e italianas, en Montecarlo se fue a jugar a su famoso casino y ganó una enorme fortuna, iba de regreso para reintegrarse a su familia, saldar deudas, tratar de vivir tranquilamente, y resulta que en el viaje lee un periódico donde se entera que en su pueblo natal encontraron muerto a Matías Pascal, investiga a fondo la noticia y descubre que su esposa y su suegra confirmaron la muerte, es en este momento cuando Matías decide convertirse en Adriano Meis, nacido en Argentina, de padres italianos.
Adriano Meis viaja por todo Europa, particularmente tiene una larga estancia en Alemania, su transfiguración es notable, ahora tiene la figura de un filósofo alemán, opta por establecerse de manera definitiva en Roma, Italia, allí tendrá grandes diálogos filosóficos con don Anselmo Paleari, vivirá en la casa de don Anselmo y se enamorará de su hija Adriana, pero Adriano se da cuenta que su libertad no es absoluta como la deseaba, porque ahora al no tener pasado, acta de nacimiento, etc. No puede ni siquiera defenderse de un robo o casarse con un amor real, su nueva vida es una farsa, irreal, sin esencia, y aquí es cuando Adriano Meis decide suicidarse para resucitar a Matías Pascal.
La historia de la novela es amplia y maravillosa, en el largo recorrido los personajes discurrirán filosóficamente sobre la vida, la muerte, la independencia del alma sobre el cuerpo, lo complicado de las relaciones humanas, la búsqueda eterna de la felicidad terrenal siempre cayendo en absurdos, y es que para Luigi Pirandello en gran medida la vida es un absurdo e incluso se encuentra por encima del arte, porque lo sucedido con Matías Pascal ficticiamente en 1904, parte importante lo vivió en 1917 en la vida real un señor llamado Ambrosio Casati, por ello Pirandello concluye:
“Y es que la vida, que muestra con desfachatez todos los absurdos, pequeños y grandes, de que felizmente está llena, tiene el inestimable privilegio de poder prescindir de esa estúpida verosimilitud que el arte se ve obligado a respetar. Los absurdos de la vida no necesitan parecer verosímiles porque son verdaderos; al revés que los del arte, que para parecer verdaderos necesitan ser verosímiles. Con lo que, siendo verosímiles dejan de ser absurdos.”
La realidad es que el arte sólo refleja la propia vida y ambas son experiencias muy bellas, pero naturalmente absurdas.
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