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AP/Reforma

El deseo de Navidad del Papa Francisco es que haya fraternidad entre las personas de distintas religiones, razas o ideas, y exhortó al mundo a poner a un lado los «intereses partidistas» para encontrar una solución política a las guerras en Siria y Yemen y para los conflictos en Ucrania y la Península de Corea.

Ante decenas de miles de turistas, peregrinos y romanos reunidos en la Plaza de San Pedro, Francisco dijo este martes que el mensaje universal de la Navidad es que «Dios es un buen Padre y todos somos hermanos y hermanas».

«Esta verdad es la base de la visión cristiana de la humanidad», dijo Francisco en su tradicional mensaje ‘Urbi et Orbi’ (`A la ciudad y al mundo’).

Sin fraternidad, dijo el Pontífice, incluso nuestros mejores planes y proyectos corren el riesgo de ser desalmados y vacíos.

«Nuestras diferencias, entonces, no son un detrimento o un peligro, son una fuente de riqueza», agregó.

Francisco hizo su llamado en momentos en los que las tendencias hacia el nacionalismo y la hostilidad hacia los migrantes y refugiados han cobrado fuerza en gran parte del mundo.

El Papa pidió aceptar ese mensaje entre cada nación y cultura para aceptar que hay gente con ideas diferentes, pero capaces de respetarse y de escucharse unos a otros.

Francisco llamó a la comunidad internacional a trabajar con empeño para lograr una solución política que deje a un lado las divisiones y los intereses partidistas, para que el pueblo sirio, especialmente los que se vieron obligados a huir de sus tierras para buscar refugio en otros lados, puedan regresar y vivir en paz en su propio país.

Foto de EFE.