La historia de la familia Bentley ha inspirado a decenas de personas a través de redes sociales, al perder 220 kilos juntos.
Todo empezó cuando Sarah Bentley, quien pesaba 127 kilos, decidió hacer un cambio radical en su vida y modificó su alimentación, que consistía en panecillos y cafés con crema batida de desayuno y de cena bocadillos de pollo, comida china, alitas y pizza y un bote de helado.
“Aprendí cómo preparar y comer adecuadamente las comidas y alimentar mi cuerpo”, dijo la joven, quien inspiró a su marido, quien alcanzó los 157 kilos. Ambos empezaron a interesarse por el CrossFit y realizaban caminatas con sus dos hijos.
Cuatro meses después de que Sarah iniciara su dieta saludable y actividad física, sus padres pre-diabéticos, Debbie y Steve Hoffman, decidieron dejar de tener obesidad mórbida y mejorar su calidad de vida.
La familia logró perder alrededor de 220 kilos y ahora disfrutan de actividades que pensaron que nunca podrían hacer, informa Actitud Fem.