El cierre parcial del Gobierno federal divide cada vez más a los agentes de la Patrulla Fronteriza, que siguen trabajando sin cobrar y ven peligrar la estabilidad económica de sus familias, aunque algunos tienen la esperanza de que el presidente, Donal Trump, anuncie hoy medidas que terminen con esta situación.
A nivel nacional, se estima que 800 mil trabajadores están siendo afectados por el cierre del Gobierno, que hoy cumple 17 días. De estos empleados, 20 mil son agentes de la Patrulla Fronteriza, en su mayoría al cuidado de la frontera con México en estados como California, Texas y Arizona.
Oficiales destinados en Texas y Arizona indicaron a Efe en forma anónima que siguen muy de cerca las propuestas del presidente Trump sobre la seguridad nacional.
También hablaron de la lucha de poder que se lleva a cabo actualmente en Washington D.C ante la insistencia del presidente por obtener fondos para construir un muro limítrofe con México.
“Creo que el presidente Trump es el único presidente que ha tomado realmente en serio la seguridad de nuestra frontera, pero al mismo tiempo creo que un muro fronterizo no es la única solución”, dijo a Efe un agente que pidió ser identificado como D.K.
Indicó que, desde que comenzó el cierre del Gobierno, existe nerviosismo entre sus colegas, quienes se encuentran en medio del debate migratorio que existe a nivel nacional.
“Para alguna gente somos ‘héroes’ que trabajan en la primera línea de defensa; para otros somos los ‘villanos’”, manifestó D.K.
La negativa de los demócratas de otorgar más de 5 mil millones de dólares solicitados por Trump para la construcción del polémico muro, y la oposición del presidente a firmar cualquier propuesta carente de ese monto, han impedido que se apruebe un nuevo presupuesto que restablezca las operaciones del Gobierno.
Trump dio ayer un giro a su estrategia a favor del muro, al anunciar un mensaje a la nación y una visita a la frontera con México, en la tercera semana de un cierreadministrativo sin visos de solución.
Trump buscará sumar apoyos en la opinión pública al abordar en una alocución que se transmitirá este martes en un horario de máxima audiencia la “crisis” que vive el país en la frontera sur, a la que llegará dos días después para reunirse con las autoridades en la zona.
Mientras tanto, el último pago que recibieron los agentes fronterizos fue el de la semana de fin de año pasado, y el primer pago que no recibirían sería el de este viernes 11 de enero.
“Espero que esta noche el presidente Trump nos dé una señal de que se puede llegar pronto a un acuerdo”, dijo D.K., quien apoya la propuesta de Trump de construir un muro de acero en la frontera y no necesariamente de hormigón armado.
El agente mantuvo que la idea de no recibir un pago por su duro trabajo está teniendo un impacto moral en varios de sus compañeros, que diariamente patrullan la frontera.
“Todos tenemos cuentas que pagar, pagamos renta, el auto, el seguro médico, tarjetas de crédito, tenemos las mismas responsabilidades que cualquier otro padre de familia”, dijo D.K.
El agente indicó que se trata de tiempos especialmente difíciles, ya que después de los días festivos hay “muchas cuentas que pagar”.
Aun así, D.K. dijo respaldar las decisiones de Trump.
Otros de sus colegas aseguraron a Efe estar molestos por la postura que ha tomado el Sindicato Nacional de la Patrulla Fronteriza, que la semana pasada dio todo su apoyo a Trump en el cierre del Gobierno, a pesar de que podría durar “meses o quizás años”, tal y como lo declaró el mandatario.
“En cualquier punto donde hemos construido el muro ha funcionado. Es absolutamente necesario para los agentes fronterizos y para asegurar la frontera”, dijo Brandon Judd, presidente del Sindicato Nacional de la Patrulla Fronteriza durante una conferencia de prensa la semana pasada en Washington D.C.
“Necesitamos esas barreras físicas y apreciamos los esfuerzos del presidente Trump “, agregó.
El cierre del gobierno también está teniendo repercusión en el cruce de los puertos de entrada en estados fronterizos como Arizona.
En los últimos días se han registrado largas filas de espera, algunas de tres horas, en las afueras de las garitas. La espera puede ser mayor durante la noche.
Hasta la fecha, el cierre de Gobierno que más tiempo ha durado ocurrió durante la administración del presidente Bill Clinton y se tomó 21 días.