REVOLUCIÓN Y LITERATURA (II).
Alejo Carpentier vivió en diversos países del mundo europeo y latinoamericano, tan sólo el origen de sus padres explica la formación e interés cosmopolita de Carpentier, su padre fue el arquitecto francés George Carpentier y su madre Lina Valmont de origen ruso, todas estas circunstancias e influencias las presenciaremos de manera recurrente en la obra de Carpentier, cuando el escritor cubano vivió exiliado en Venezuela escribió algunas de sus grandes novelas, tal es el caso de la publicada en 1953 bajo el título: “Los pasos perdidos”.
En esta magistral obra Carpentier tendrá como escenario central parte de la región de Venezuela incluyendo su famoso rio Orinoco, el protagonista principal de quien nunca conocemos su nombre es el personaje que narra toda la historia de la etapa presente de su vida, en el capítulo primero nos encontramos con el protagonista viviendo en la ciudad, está casado con Ruth, tiene una vida monótona, vacía, su esposa es artista y eso hace que poco tiempo convivan, sus encuentros matrimoniales e íntimos son cuando mucho una vez a la semana, y entre más pasa el tiempo más distancia siente de su mujer, se refugia en el alcohol y en este contexto se empieza a relacionar con la joven y atractiva Mouche, una amante que lo entretiene y logra hacer que pase buenos momentos disfrutando su bello cuerpo.
El protagonista al igual que su creador es experto y estudioso de la música, amante de la lectura, por ello en la novela nos encontraremos con recurrentes reflexiones sobre libros, autores, música clásica, compositores estelares, e incluso la principal actividad y proyecto que tiene el protagonista al momento de contarnos su historia consiste en investigar cual es el verdadero origen de la música y saber cuales fueron los primeros instrumentos musicales. En pleno estado de depresión, soledad, el protagonista continuamente está realizando reflexiones existencialistas, esto es muy importante no perderlo de vista porque de un momento a otro dentro de la historia general que estamos leyendo, el protagonista al escuchar una Oda, la Novena Sinfonía, una Sonata, empieza a deliberar sobre el tiempo, la muerte, la soledad, el absurdo de la vida, el amor, el desamor, nos enseña que somos seres que desde que nacemos empezamos a perder muchas cosas, primero la niñez, después la adolescencia, luego, la inocencia, la paz, la tranquilidad, siendo una de las perdidas más duras la de los padres y aquí ahonda fuertemente sobre la relación que tuvo con su padre, quien era de origen europeo y férreo defensor de esa civilización, incluyendo una fuerte crítica hacia el atraso latinoamericano originado por la incultura, la sinrazón, la barbarie, agregando el padre que en estas tierras no hemos tenido a un Descartes, Beethoven, Schiller, que el espíritu apolíneo nunca nos ha llegado, etc.
Bajo esa doble visión el protagonista desde muy joven empieza a vivir el mundo, al morir su padre emprendió un viaje a la tierra civilizada y se encontró con una Europa en guerra, bárbara, destrozada, el protagonista en esta novela señala puntualmente que el contenido de la Oda a la alegría de Schiller, musicalizada en la Novena Sinfonía por Beethoven, ha pasado a la historia como una promesa incumplida, porque todos los hombres no nos vemos como hermanos, la amistades verdaderas son escasas, las mujeres no son conquistas sino modernamente compradas, en fin, el protagonista al momento de conocer el continente donde nació Descartes, la tierra de Odiseo, de Wagner, de su padre y de su madre, descubrió que a pesar de toda su grandeza histórica en el arte, el pensamiento, en momentos han sido tan bárbaros como los pueblos latinoamericanos.
Es importante recordarles que hasta este punto del artículo, todo lo aquí planteado sólo es una largo soliloquio del protagonista al momento que escuchó la Novena Sinfonía de Beethoven, ni siquiera hemos entrado de lleno a la historia general de la novela, pero quise detenerme en las meditaciones porque son desde mi interpretación personal lo esencial de la estructura narrativa, la historia y hechos externos y concretos del protagonista van relacionados con las meditaciones, pero considero que lo interior, lo razonado, lo pensado, lo sentido, es más trascendental que lo vivido por el protagonista, claro está que sin restarle importancia a la historia general, que, además, es bastante larga, rica y misteriosa, porque Carpentier hace viajar al protagonista a una selva donde conocerá a pocas horas de las ciudades civilizadas, un mundo antiguo, casi de la era paleolítica, llena de animales raros, algunos conocidos, con una naturaleza bella, dominante, con indios trabajadores, libres, y lo más interesante es que son pueblos reales que se encuentran en la zona de Venezuela y Colombia, por supuesto muy desconocidos hasta aquel entonces 1953.
El viaje que emprende el protagonista es patrocinado por la Universidad y tiene el fin de lograr encontrar instrumentos musicales considerados los primeros en la historia de la música, su esposa Ruth se fue a una gira en la obra teatral que trabajaba y el protagonista se llevó al viaje a su amante Mouche, aquí empezará toda una Odisea, conocerá a un sinfín de personajes singulares, lugares inimaginables, Mouche le ocasionará muchos problemas por su liberalidad sexual con los hombres y las mujeres, en el primer pueblo caribeño que llegan tienen que salir muy rápido porque se está llevando a cabo una Revolución y lo único que encontraron y vieron fue muertes, peligro, escases de todo, a través de la lectura se realizará un viaje maravilloso, único, sorprendente, por supuesto que se encuentra incluido lo real maravilloso dentro de una historia con tinte real, pero al mismo tiempo fantástica.
Cuando el protagonista llegó al pueblo central de la historia llamado: “Santa Mónica de los Venados”, se encontró con lo siguiente: “Aquellos indios que yo siempre había visto a través de relatos más o menos fantasiosos, considerándolos como seres situados al margen de la existencia real del hombre, me resultaban, en su ámbito, en su medio, absolutamente dueños de su cultura. Nada era más ajeno a su realidad que el concepto de salvaje. La evidencia de que desconocían cosas que eran para mi esenciales y necesarias, estaba muy lejos de vestirlos de primitivismo. Allí, en el suelo, junto a una suerte de anafre, estaban los instrumentos musicales cuya colección me hubiera sido encomendada al comienzo del mes. Con la emoción del peregrino que alcanza la reliquia por la que hubiera recorrido a pie veinte países extraños, puse la mano sobre el cilindro ornamentado al fuego. Vi luego la maraca ritual, ahí estaban los juegos de caramillos, en su condición primordial de antepasados del órgano. Al concluir los trueques que me pusieron en posesión de aquel arsenal de cosas creadas por el más noble instinto del hombre, me pareció que entraba en un nuevo ciclo de mi existencia.”
El nuevo ciclo de su existencia consistía en un fuerte amor que sentía por Rosario, una bella nativa de esas tierras selváticas, para ese entonces el protagonista se había desecho de la libertina Mouche, decidió olvidar todo su aparente mundo civilizado y vivir el resto de su vida en “Santa Mónica de los Venados”, mientras eso decidía el protagonista, Mouche regresaba a la ciudad molesta y sintiéndose humillada, Ruth había regresado y junto al Rector de la Universidad, con las demás autoridades buscaban intensamente rescatar del mundo bárbaro y cruel de los indios al protagonista, la historia completa todavía es muy larga, por ahora concluyo que en los años de vacío y soledad, el protagonista aprendió muy claramente que: “Quien actúa de modo automático es esencia sin existencia.”
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