El histórico aumento al salario mínimo que entró en vigor el 1 de enero al pasar de 88.36 a 102.68 pesos diarios en todo el país, salvo en 43 municipios de la zona fronteriza donde se elevó a 176 pesos por día, se ha visto mermado por el encarecimiento de productos de la canasta básica, advirtió Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
Tan sólo para preparar una salsa picante, indispensable en los guisos de la cocina mexicana, las amas de casa y los negocios de comida se han enfrentado durante la primera semana de enero a un encarecimiento de los chiles. Subieron hasta 100 por ciento en el estado de México y Jalisco, 85 por ciento en Tlaxcala, 72.5 por ciento en Ciudad de México, 62.5 por ciento en Guanajuato, 57.8 por ciento en Hidalgo y 46.34 por ciento en Nuevo León.
A ello se suma un aumento de casi 20 por ciento, en promedio, del tomate y de 26 por ciento en la cebolla, de acuerdo con el monitoreo mensual de precios que realiza la Anpec, la cual aglutina a dueños de pequeños negocios de todo el país. Además, indicó que el atún en lata y el arroz subieron de precio en un 8.33 y 5 por ciento, respectivamente.
Atribuyó las alzas tanto a la tradicional cuesta de enero donde los diferentes sectores hacen ajustes de precios por la inflación acumulada del año pasado como al desabasto de combustible en el centro del país.
Ambos factores, dijo, “han generado un efecto no deseado de inestabilidad, que busca legitimar un incremento mayor a los precios de los productos de primera necesidad” y mientras algunos buscan obtener ganancias indebidas, en la población hay incertidumbre, zozobra y descontento. “Un escenario no deseado es inflación más especulación”, puntualizó Rivera.