Hace dos meses no era más que otro integrante de un órgano legislativo que prácticamente no tiene poder, pero ahora Juan Guaidó se autoproclamó presidente de Venezuela y varios mandatarios lo han reconocido como legítimo jefe de Estado del atribulado país.
Mientras miles marchaban en Caracas y otras ciudades venezolanas este miércoles para protestar contra el gobierno autoritario de Nicolás Maduro, Guaidó apareció en un acto opositor en la capital.
«Juro asumir formalmente las competencias del Ejecutivo Nacional como el presidente encargado de Venezuela para lograr el cese de la usurpación», declaró mientras la multitud aplaudía y entonaba el himno nacional. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo respaldó rápidamente a través de Twitter y publicó que los venezolanos «han sufrido demasiado tiempo a manos del régimen ilegítimo de Maduro».
El legislador de 35 años de edad es ingeniero industrial, pero comenzó a organizar manifestaciones contra Hugo Chávez hace más de una década, luego de que el difunto líder silenciara a sus críticos al negarse a renovar la licencia de transmisión del canal de televisión más popular de Venezuela.
Guaidó formó una estrecha relación con el líder opositor Leopoldo López y ayudó al exalcalde de Caracas a crear el partido Voluntad Popular.
Alto y larguirucho, Guaidó es conocido por su amor por el equipo de béisbol de su ciudad natal, los Tiburones de La Guaira, y bailar salsa.
A diferencia de muchos aliados de la oposición, quienes son criticados por sus raíces de sangre azul, Guaidó tiene orígenes humildes. Hijo de un piloto comercial y una ama de casa, es uno de siete hijos que crecieron en la pequeña ciudad portuaria cercana a Caracas.
En 1999, su familia sobrevivió a los aludes de tierra que destruyeron gran parte del estado de Vargas y mataron a miles de personas. «Perder de un día para otro la cotidianidad fue un hecho que a todos nos obligó a crecer y aprender a desprenderse de lo material, pero nos acercó más a los afectos familiares y a la espiritualidad», comentó al periódico El Nacional el mes pasado.
La pareja de Guaidó es Fabiana Rosales, que también fue líder estudiantil. Su hija Miranda, que lleva ese nombre en honor a un precursor del héroe de la independencia sudamericana Simón Bolívar, nació en medio de una ola de protestas en 2017, durante la cual su padre recibió un perdigón en el cuello y se fracturó la mano en enfrentamientos con la policía.
Hace solo cuatro años Guaidó ingresó a la Asamblea Nacional. Se convirtió en su timonel debido a «una serie de eventos desafortunados» después de que sus compañeros fueran arrestados o exiliados, detalló Carlos Romero, politólogo de la Universidad Central de Venezuela en Caracas.
Guaidó fue investido como jefe de la asamblea el 5 de enero, una semana antes de la toma de posesión de Maduro correspondiente a su segundo mandato como presidente. Maduro inició otro período de seis años desafiando a los enemigos locales y a las más de 60 naciones que se niegan a reconocer las elecciones de 2018.
En su corta carrera, Guaidó ha sido aplaudido por construir unidad a nivel legislativo. Ahora, su desafío es hacer lo mismo en todo el país y canalizar el deseo desesperado de cambio dentro de los límites de un régimen empeñado en reprimir la disidencia. «La situación lo ha catapultado al centro de atención», explicó Romero.
Después de que comenzara a presionar a los militares venezolanos y a gobiernos extranjeros para que lo reconocieran como el líder legítimo, Guaidó fue arrestado por la policía secreta de Maduro. Liberado horas más tarde, redobló su llamado a protestar este miércoles, día festivo en que se conmemora el nacimiento de la democracia venezolana hace seis décadas.
«Aquí está la respuesta del pueblo», exclamó. «¡Estamos en la calle! ¡No tenemos miedo!».