Las fiestas carnestolendas, una tradición que fomenta la cultura de los pueblos y, sobre todo, fuentes de trabajo y apoyo para la economía familiar de mujeres artesanas.
25 mujeres artesanas bajo la dirección de la señora Celia Espinoza, durante todo el año y más en temporada de carnaval, elaboran capas y vestuario de carnaval, así como penachos y cucuruchos.
Utilizan terciopelo, manta, chaquira, lentejuela, cartón, pegamento, hilos de diferentes colores, plumas de aves, y todos los accesorios que sean necesario para sus productos carnestolendos.
Con jornada laboral de 48 horas a la semana, las artesanas van dando forma a los dibujos de mujeres, hombres, flores, paisajes, figuras de animales, guerreros aztecas, templos o pueblos prehispánicos y todo lo que la imaginación y talento dan como resultado el vestuario de carnaval, que ha ganado premios nacionales e internacionales, informa doña Mercedes Espinoza.
Con precios que van desde los cuatro mil pesos el más sencillo, hasta 10 mil pesos o más según el diseño que el comprador solicita.
Su clientela local y foránea, proviene del norte de Veracruz, Puebla, Hidalgo, incluso del otro lado de la frontera, Estados Unidos y Canadá.