Imágenes captadas por la cámara infrarroja del equipo de la organización Earth Works en 2017, evidenciaron gases dañinos que las instalaciones petroleras en Poza Rica, Veracruz, emiten cotidianamente a la atmósfera.
En conferencia de prensa, Daniela Pastrana y Arturo Contreras Camero, de Pie de Página; Giselle García, del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), y Manuel Llano, de Cartocrítica, hablaron sobre una de las zonas de mayor extracción de hidrocarburos del país y donde operan pozos de fracking.
Expresaron que a partir de más de 46 solicitudes de información y trabajo de campo en esa región, la investigación pudo comprobar que las instituciones del gobierno mexicano responsables de controlar las emisiones no monitorean ni registran con metodologías claras las “emisiones fugitivas” (contaminantes que se escapan) en el proceso de exploración y explotación de hidrocarburos.
También muestra el aumento en las emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global.
El grupo presentó el trabajo “Gases invisibles, veneno que nadie registra”, realizado por las organizaciones mencionadas, que documenta las fallas en el sistema de medición y monitoreo de gases contaminantes en la extracción de hidrocarburos
Así como la inexistente investigación sobre los impactos en la salud de las comunidades que habitan en torno a pozos y plantas de procesamiento.
La investigación se compone de cuatro reportajes: «Quién revisa las fugas»; «El peligroso metano»; «Una ciudad que enferma» y «Fracking no… pero sí».
Daniela Pastrana puntualizó que el trabajo pone sobre la mesa temas fundamentales para el medio ambiente, en un momento en que la recuperación de Pemex y la reactivación de la industria extractiva se plantea como eje detonador del desarrollo económico del país.