De acuerdo con el estudio “Nature Geoscience” desde la década de los 80, las aguas de la bahía de Baffin, donde el glaciar se encuentra con el mar, se habían vuelto más cálidas, pero datos recientes de la NASA revelaron que, en 2016, la corriente oceánica se volvió más fría y el resultado ha sido el incremento del glaciar.
“Al principio no lo creíamos”, dijo el glaciólogo de la NASA, Ala Khazendar, y autor principal del estudio. “Habíamos asumido que Jakobshavn continuaría como lo había hecho en los últimos 20 años”. Este glaciar perdía más de tres kilómetros de longitud cada año y unos 40 metros de espesor.
Durante los últimos tres años el agua fría ha seguido llegando y el glaciar ha crecido, no obstante, los investigadores apuntan a que el cambio puede ser temporal, ya que el equipo rastreó la corriente de agua fría y cree que se debe a un enfriamiento cíclico natural de las aguas del Atlántico norte.
