Cada vez que habla Trump, no sube el pan, sino el aguacate. La renovación de la amenaza del cierre de la frontera de Estados Unidos con Méxicolanzada por el Presidente norteamericano el pasado martes no tardó en impactar en el precio de esta fruta, cada vez más apreciada entre el consumidor estadounidense.
“Vamos a tener seguridad en este país, es más importante que el comercio. Así que tendremos una frontera fuerte y si no, entonces, vamos a tener una frontera cerrada. Y cuando cerremos la frontera, entonces estaremos frenando enormes flujos de droga”, anunció el pasado 2 de abril Donald Trump desde la Casa Blanca. El mandatario ha asegurado que se encuentra “preparado al 100 por ciento” para acometer el “cerrojazo” en el límite con México.
Pese a que se trata de la enésima amenaza de Trump relativa a este asunto, el impacto ha sido inmediato en el comercio del aguacate de la variedad Hass: el mismo día que el Presidente de Estados Unidos abrió la boca, el precio de la fruta escaló un 34 por ciento, según datos de Bloomberg.
A pesar de que el cierre de frontera no se ha hecho efectivo aún, la reacción en el mercado responde a que la alarma sí ha surtido efecto, y los compradores se preparan para surtirse de reservas de aguacate. La presión de la demanda ha provocado el salto en los precios del llamado “oro verde”: se trata de la mayor subida registrada en el mismo día desde hace una década.
En Michoacán, donde se cultiva la mayor parte de la variedad Hass que se exporta a Estados Unidos, el valor en el mercadeo entre agricultores y comerciantes ha subido hasta el 44 por ciento en la última semana, según la Secretaría de Agricultura. De cumplirse la amenaza de Trump, el precio del aguacate podría llegar a duplicarse o triplicarse para el consumidor final.
CALIFORNIA NO ES SUFICIENTE
Estados Unidos depende completamente de México para surtir de aguacates a su población. De hecho, ocho de cada diez de estas frutas consumidas en Estados Unidos proceden de México. La incipiente producción de California aún es demasiado pequeña y sólo supone el 16 por ciento de los aguacates degustados por los norteamericanos.
“California apenas está empezando y tienen un cultivo muy pequeño, pero no son relevantes en este momento y no podrían hacerlo en cuestión de un mes”, ha señalado a la agencia Reuters el empresario Steve Barnard, presidente de Mission Produce, el mayor distribuidor de aguacates a nivel mundial.
Los consumidores estadounidenses están muy lejos de querer renunciar al aguacate. Su consumo ha ido escalando en la última década, pasando de medio kilo por persona y año a los 3.5 kilos por persona y año actuales. Su protagonismo para la confección de guacamole y otras salsas lo han convertido en imprescindible en las mesas de Estados Unidos. Una muestra: la exportación mexicana de esta fruta subió en febrero un 28 por ciento en vísperas del SuperBowl con respecto a las cifras del año anterior.
El acontecimiento deportivo del año suele ir jalonado de reuniones de amigos y familiares tanto en los hogares como en bares y restaurantes donde no puede faltar un guacamole con nachos para picar a la vez que se disfruta del partido. El mes previo al día grande del futbol americano fueron enviadas casi 110 mil toneladas de aguacate a Estados Unidos, frente a las 85 mil de 2018.
La amenaza de Trump también afectaría a otros productos agrícolas como las fresas, el tomate, los chiles, pepinos y moras. En cifras, el intercambio de bienes y servicios entre Estados Unidos y México supuso 615 mil millones de dólares en 2017. Según Reuters, 137 mil millones son de comercio de alimentos y se verían interrumpidos si finalmente se produce el cierre de la frontera.
El propio presidente estadounidense ha reconocido que esta medida tendría un impacto negativo en la economía del país: “Claro, va a tener un impacto negativo en la economía, pero la seguridad es lo que importa”, comentó, preguntado por los periodistas desde la Casa Blanca.
México es, en la actualidad, el tercer socio comercial de Estados Unidos. Sólo en el puerto de la ciudad de Calexico (California) cruzan unos mil camiones diarios con productos, mientras que por Laredo (Texas) transitan más de una decena de trenes de mercancías cada día, según el registro de los departamentos de Transporte y de Comercio de Estados Unidos.