Investigadores pertenecientes al proyecto Event Horizon Telescope (EHT) presentarán este miércoles la primera fotografía de un agujero negro, acontecimiento que será un parteaguas en el desarrollo de la ciencia mundial.
La instantánea, producto de la colaboración internacional de la creación de un telescopio virtual del tamaño de la Tierra, podría corresponder a un punto negro rodeado de energía.
Lo anterior debido a que los agujeros negros se pueden ver a pesar de que la luz no puede escapar de ellos. La materia circundante ilumina la “sombra” del agujero, revelando la forma del espacio-tiempo.
“Apreciar un objeto por primera vez, como el horizonte de eventos reales de un agujero negro, es clave en el desarrollo de la ciencia”, señala el comunicado del telescopio ALMA, en Chile.
Las imágenes deberán ratificar la existencia de los agujeros negros, predichos por la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, la cual se confirmó de manera indirecta mediante la detección de ondas gravitacionales, sin embargo, nuca se ha observado de manera directa.
La conferencia, que será transmitida de manera simultánea vía Internet en la página del observatorio ALMA, será presentada por el director del telescopio, Sean Dougherty, y el director general del Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés), Xavier Barcons.
Presentes en el imaginario colectivo
Por su invisibilidad, su fuerza destructora y su misteriosa razón de ser, los agujeros negros se han hecho un lugar en el imaginario colectivo, como lo demuestran los filmes Interstellar y El abismo negro, así como la célebre obra Breve Historia del tiempo, de Stephen Hawking.
«El agujero negro es el gran desconocido que reagrupa todos los extremos, desafiando incluso la imaginación, y por lo tanto fascinan», explica a la Afp la divulgadora científica francesa Florence Porcel.
Invisible, por lo tanto misterioso
Como nada puede escapar a los agujeros negros, ni la materia ni la luz, estos son invisibles. Pero también están extremadamente lejos, por lo que solo serían accesibles mediante un viaje interestelar, un tema reservado por ahora a la ciencia ficción.
«¡El misterio crea emoción!», afirma Brigitte David, del Planetario de París, donde la película Agujeros negros es de lejos la que suscita más preguntas entre los espectadores.
Y la magia permanecerá todavía mucho tiempo, puesto que si bien se puede realizar una simulación visual del agujero negro visto desde el exterior, «lo que está detrás son cosas muy complicadas que todavía no se han resuelto», asegura el astrofísico francés Jean-Pierre Luminet, autor de varios libros sobre esta materia.
El abismo negro, filme de Disney estrenado en 1979, es una «versión muy de ‘parque de atracciones’ sobre los agujeros negros, pero tuvo el mérito de popularizarlos entre las generaciones que lo vieron», explica Philippe Guedj, periodista del sitio francés PointPop.
La distorsión del tiempo
«Además de ser invisibles, los agujeros negros distorsionan el espacio y el tiempo, alimentando el imaginario colectivo, atizando la curiosidad», juzga Brigitte David.
«Es un lugar donde incluso el tiempo y el espacio cambian de definición, ¡es un objeto ideal para los autores de ciencia ficción!», según Porcel.
Por ejemplo, en Interstellar, un filme dirigido por Christopher Nolan en el que un grupo de astronautas trata de salvar a la humanidad, un padre (Matthew McConaughey) retarda su envejecimiento en el espacio hasta el punto de ser más joven que su hija, que permanece en la Tierra.
Un nombre a medida del monstruo
El físico John Archibald Wheeler inventó el término «agujero negro» en los años 1960.
«En realidad, los agujeros negros no son ni agujeros, ni negros… Son esferas que resplandecen. Pero desde luego, su nombre influye en el imaginario colectivo», reconoce Porcel.
Stephen Hawking, indisociable
Varios meses después de la salida de su bestseller de divulgación científica Historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros en 1988, el astrofísico británico Stephen Hawking se convirtió en una estrella, con referencias suyas en los videojuegos, películas y series como The Big Bang Theory, en la participó interpretándose a sí mismo.
También participó en un episodio de la serie Star Trek en 1993, en el que personificaba su propio holograma jugando póker con los de Albert Einstein e Isaac Newton, y con el androide Data.
Los agujeros negros en Hollywood
Además de Interstellar, los agujeros negros también están presentes en otros filmes como Contact (dirigida por Robert Zemeckis y basada en la novela del divulgador y astrofísico Carl Sagan), en episodios de Star Trek, muchos cómics, así como en los dibujos animados francojaponeses de los años 1980 Ulises 31.