Un pequeño grupo de ballenas de Bryde está en peligro de extinción en el Golfo de México, amenazadas por la exploración y la extracción de crudo y gas, advirtieron científicos del Gobierno estadounidense.
“Esas son las únicas ballenas barbadas que viven todo el año en el Golfo de México, y tienen un papel único y muy importante en el ecosistema”, dijo Laura Engleby, bióloga marina especializada en mamíferos que trabaja en el servicio de pesca de la Oficina Nacional de Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
Probablemente existen unas 33 ballenas en una zona profunda llamada Cañón DeSoto, señaló Engleby el viernes durante una conferencia telefónica. Si existen algunas en el sur del Golfo, agregó, probablemente sean menos de 100, incluyendo menos de 50 adultos. El Cañón DeSoto queda a unos 80 kilómetros (50 millas) al este del lugar donde hubo un derrame de crudo en el 2005.
“Estaremos trabajando para dirigir los esfuerzos de recuperación… considerar la designación de hábitats cruciales y coordinar con otras agencias… para asegurarnos de que las actividades no pongan en peligro su existencia continua”, indicó la experta.
Si un área es designada como hábitat crucial, se consultaría a la oficina de Pesca de la NOAA sobre cualquier contrato federal, incluyendo arrendamientos para extraer crudo y gas en aguas federales.
Algunas de las amenazas que enfrentan los cetáceos son el ruido de pruebas sísmicas para detectar yacimientos de crudo y gas, así como el tráfico de embarcaciones, que interfieren con su comunicación subsónica. Otras amenazas incluyen las redes de pesca, la extracción de crudo y gas, la contaminación, e incluso choques con barcos: una ballena murió en el 2009 tras ser arrollada por una embarcación.
Engleby dijo que las ballenas del Golfo de México son tan diferentes genéticamente de otras ballenas de Bryde que podrían ser una especie distinta. Estos cetáceos llevan el nombre del ballenero noruego Johan Bryde del siglo XIX.
Archivos de balleneros que se remontan al siglo XVIII indican que estas ballenas solían vivir en el centro y el norte del Golfo, de acuerdo con la Oficina de Pesca de la NOAA.
“En realidad no sabemos mucho sobre esta especie”, destacó Engleby. Un estudio financiado con fondos de multas que la petrolera BP y otras entidades pagaron tras el derrame de crudo está valiéndose de sondeos visuales, monitoreo acústico pasivo y etiquetado para aprender más, incluyendo el papel que desempeñan en el ecosistema.