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Reuters

La última ofensiva de Estados Unidos contra Huawei, que situó a la empresa china en una lista negra, amenaza con alterar la cadena de suministro de tecnología global, muy vinculada al negocio de 105 mil millones de dólares del mayor proveedor mundial de equipos de redes de telecomunicaciones.

El gobierno de Donald Trump anunció que incluirá a Huawei y a 70 filiales en su «Lista de Entidades», una medida que probablemente prohibirá a la empresa adquirir componentes y tecnología estadounidense sin la aprobación del gobierno, lo que agrega otro elemento incendiario a la guerra comercial entre ambos países.

Una prohibición similar impuesta por Estados Unidos sobre la firma china ZTE casi paralizó sus negocios a principios del año pasado, antes de que se levantaran las limitaciones.

No obstante, analistas dijeron que es probable que las sanciones tengan ramificaciones más allá de la propia compañía. Como poco, generarán disrupciones en su actividad, pero en su extremo máximo podría llegar a poner fin a sus negocios, mientras que sus proveedores estadounidenses también se verían afectados, dijeron.

De los 70 mil millones de dólares que Huawei gastó en la adquisición de componentes en 2018, unos 11 mil millones de dólares fueron destinados a firmas estadounidenses como Qualcomm , Intel y Micron, que ahora podrían ver desaparecer esos ingresos.

Por otro lado, las empresas estadounidenses como Apple enfrentan el riesgo de sufrir represalias severas por parte de China, un mercado clave.

«Esto va a ser un lío», dijo una fuente con sede en China de una compañía de tecnología estadounidense.

También será difícil para Huawei, dijo la persona, que destacó que ninguno de sus proveedores estadounidenses «puede ser reemplazado por uno chino, al menos en los próximos años, al menos. Para entonces, ya estarán muertos».

Los ingresos de la compañía, que también es el segundo mayor fabricante mundial de móviles, alcanzaron los 721 mil millones de yuanes (105 mil millones de dólares) el año pasado, ocho veces más que ZTE y la mitad de las ventas anuales de la surcoreana Samsung.

Sin embargo, su negocio ha estado bajo presión durante el último año por el creciente escrutinio internacional, liderado por las acusaciones de Washington de que sus equipos podrían ser utilizados por Pekín para espiar, una preocupación que la compañía asegura que es infundada.

Si Huawei se ve obligada a frenar su producción, también se verían perjudicados proveedores asiáticos y europeos, mientras que los operadores de telecomunicaciones que confían aún en la empresa china y se han resistido en gran medida a los pedidos de Estados Unidos para prescindir de sus servicios, se quedarían en dificultades en la carrera para desarrollar las redes móviles de próxima generación 5G.

«Huawei no puede fabricar servidores de red, por ejemplo, porque no pueden obtener componentes clave de Estados Unidos, lo que significa que también dejarán de comprar partes de otros países», dijo un ejecutivo de un proveedor de chips.

«Pueden gestionar relativamente mejor el suministro de componentes para teléfonos móviles porque tienen sus propios negocios de componentes para celulares. Pero el servidor y la red, eso es una historia diferente», agregó.

Según la corredora Jefferies, las sanciones significarían también una «pesadilla para el 5G en China». Como resultado, lo más probable es que el país deba ralentizar sus planes de lanzar la nueva tecnología a nivel nacional el próximo año, agregó.

Sin embargo, los participantes de la industria señalaron que Huawei estuvo almacenando componentes como semiconductores para aliviar posibles disrupciones. Su objetivo inicial era tener inventarios para seis a nueve meses, pero recientemente los han elevado a 12 y, en algunos casos, 24 meses, dijo Jefferies.

Las acciones de los proveedores de Huawei cayeron en los mercados asiáticos tras conocerse la inclusión de la compañía en la lista negra estadounidense.

Samsung cayó un 2.4 por ciento, Hynix perdió un 3.5 por ciento y la china Luxshare Precision llegó a perder un 6.1 por ciento. Las acciones en ZTE también cayeron.

Huawei afirmó que está «dispuesto y deseoso de reunirse con el gobierno estadounidense y acordar medidas efectivas para garantizar la seguridad del producto».

La compañía ha encabezado la campaña china para desarrollar sus propias tecnologías de gama alta para reducir la dependencia de las importaciones, esfuerzos que se volvieron urgentes después de las sanciones sobre ZTE.

Este connotado caso generó algunos «beneficios» y «las presiones externas se convirtieron en motores internos» en China, dijo Wan Gang, vicepresidente del organismo asesor parlamentario del país asiático.