Impulsada por el incremento de productos agropecuarios y servicios, la inflación en la primera quincena de junio avanzó 0.1 por ciento, lo que implicó que a tasa anual cerrara con un aumento de 4 por ciento, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El dato se mantiene en el borde del objetivo del Banco de México, donde la media es de 3 por ciento, con una variación de 1+/-. Al tiempo, es ligeramente por debajo del consenso de 23 bancos, que esperaban un incremento anual de 4.7 por ciento.
Así, en la primera quincena de junio, la inflación continuó con el ritmo a la baja que lleva desde enero –con incrementos de mayor peso en los servicios y productos agropecuarios y una desaceleración en el costo de los energéticos- con lo se inscribió en avance más moderado de los últimos cinco años para un mismo periodo.
El componente subyacente, que agrupa a los productos menos propensos a variar, registró un aumento quincenal de .16 y anual de 3.87 por ciento, mientras la no subyacente retrocedió .47 por ciento –el comportamiento a la baja más alto al menos desde el año 2000-, con lo que logró una tasa anual de 4.34 por ciento.
Los productos cuyo peso en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) tuvieron mayor incidencia al alza fueron el pollo, el transporte aéreo y el chayote, en tanto que las disminuciones en el gas doméstico, la cebolla y la gasolina de bajo octanaje contrastaron.
Con las desaceleraciones que se han venido acumulando en el INPC, el consenso de 23 instituciones financieras consultadas por Citibanamex anticipó que sea a finales de diciembre cuando la Junta de Gobierno del Banco de México pueda reducir su tasa de interés de 8.25, en que se encuentra actualmente, a 8 por ciento.