El negocio de la basura en Nanchital y la región no es el primero al que apuntan empresarios como Cornelius Versteeg Zebadúa y Jorge Arturo Arboleya Pastrana, ambos socios de la empresa Gestión Ambiental y Desarrollos Ecológicos S.A. de C.V y del Grupo Obras Portuarias Coatzacoalcos (OPC) S.A. de C.V.
Durante febrero del año pasado, Gestión Ambiental y Desarrollos Ecológicos S.A. de C.V. tramitó un Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) para la construcción de una estación de transferencia en la colonia Tierra Nueva, en Coatzacoalcos.
Presuntamente en el mismo predio, fue habilitada una estación de transferencia durante el primer año de la administración del ex alcalde Joaquín Caballero Rosiñol para el traslado de los desechos generados en la ciudad a una celda que operaban como relleno sanitario a las afueras de la ciudad, propiedad del entonces titular de la Procuraduría Estatal del Medio Ambiente (PMA), Rafael de Hombre López.
En tanto, Grupo OPC ha estado involucrado en las obras más importantes de los últimos años en Coatzacoalcos, entre ellas el túnel sumergido y la construcción de una planta para el tratamiento de aguas en ProAgro.
A finales del 2016, OPC todavía reclamaba un adeudo de más de 300 millones de pesos al gobierno del priista Javier Duarte de Ochoa. La empresa era concesionaria del túnel, según documentos oficiales.
Otro negocio en el que el grupo empresarial participó fue en la construcción de una planta de tratamiento de agua en ProAgro, la cual habría sido concesionada, pero Petróleos Mexicanos (Pemex) desconoció el contrato.
ProAgro fue adquirida en pésimas condiciones a un sobrecosto por Pemex en 2014, por el entonces director, Emilio Lozoya Austin, lo que significó uno de los actos de corrupción más grandes de los últimos años, pues las instalaciones nunca produjeron.
Roque Ávalos Chao no es ajeno a este tipo de circunstancias, pues tan sólo en octubre del año pasado se registró un derrame que afecto los terrenos de su propiedad en Nanchital.
Los nanchitecos comentan que por las afectaciones Pemex le habría pagado al hermano del síndico una fuerte suma de dinero, que pudo despertar el interés por el negocio que implica la atención a derrames.