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La Jornada / Dora Villanueva

Las condiciones de holgura de la economía se han relajado incluso más de lo previsto, hay más incertidumbre sobre los riesgos que la circundan y se apilan los que apuntan a que el crecimiento en México irá a la baja, arrojó el Banco de México en su comunicado de política monetaria, donde mantuvo sin cambios su tasa de referencia, en 8.25 por ciento.

En el breve documento se da cuenta de la debilidad de la economía mexicana, y en este entorno se subraya que en último mes y medio han cobrado notoriedad la ahora contenida imposición de aranceles con Estados Unidos y los cambios que han hecho las calificadoras de crédito a la deuda soberana y a la de Petróleos Mexicanos (Pemex).

“En este contexto, es necesario atender el deterioro en la calificación crediticia soberana y de Pemex, así como cumplir las metas fiscales del Paquete Económico para 2019. Asimismo, es indispensable fortalecer el estado de derecho, abatir la corrupción y combatir la inseguridad”, exhorta la Junta de Gobierno en su posicionamiento.

A la par de que llama a que se adopten medidas que propicien un ambiente de confianza y certidumbre para la inversión, una mayor productividad y que se consoliden sosteniblemente las finanzas públicas.

La decisión de mantener la tasa en 8.25 por ciento no tomó por sorpresa al mercado –que así lo apostaba- y se resolvió por mayoría. Sólo uno de los cinco integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México pidió llevarla a 8 por ciento “tomando en cuenta los retos que se enfrentan para consolidar una inflación baja y estable, así como los riesgos a los que está sujeta la formación de precios y las condiciones de holgura en la economía”.

El objetivo de este organismo es procurar el poder adquisitivo de la moneda al contener la inflación por medio de su política monetaria. La meta es que el Índice Nacional de Precios al Consumidos (INPC) crezca 3 por ciento anual con una variación de 1 +/- por ciento.

Las cifras más recientes reportadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía exponen una inflación en el margen con 4 por ciento de avance en la primera quincena de junio. Sin embargo para el Banco de México, la balanza de riesgos se inclina por la cautela,

Entre los riesgos enumerados por la Junta de Gobierno y que podrían llevar al alza la inflación destaca la posibilidad de que la cotización de la moneda nacional se vea presionada por factores externos o internos, la amenaza de imposición de aranceles por parte de Estados Unidos y que se adopten medidas compensatorias, que los precios de los energéticos reviertan su tendencia o que aumenten los precios de los productos agropecuarios, que se deterioren las finanzas públicas.

Adicionalmente, que dada la magnitud de diversas revisiones salariales se generen presiones de costos, en la medida que estas superen las ganancias en la productividad.

“Si la economía requiere un ajuste, ya sea del tipo de cambio real o en las tasas de interés de mediano y largo plazos, el Banco de México contribuirá a que dichos ajustes ocurran de manera ordenada, buscando evitar efectos de segundo orden sobre la formación de precios”, se lee en el comunicado.

A la baja está que se aprecie la cotización de la moneda nacional, lo cual podría estar asociado a un contexto de posturas monetarias más acomodaticias y menores tasas de interés a nivel mundial, o en caso de alcanzarse mayor certeza en la relación comercial con Estados Unidos.