El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió este jueves que su país plantará “pronto” su bandera en la Luna y en Marte, durante su discurso en Washington para conmemorar el Día de la Independencia del país.
“Vamos a ir otra vez a la Luna pronto, y plantaremos la bandera de Estados Unidos en Marte pronto”, dijo Trump en un discurso frente al Monumento al ex Presidente Abraham Lincoln (1861-1865).
Trump hizo este anuncio segundos después de asegurar que para los estadounidenses “no hay nada imposible”, una frase que provocó un fuerte aplauso de los asistentes a la explanada del National Mall en la capital del país.
El Presidente estadounidense conmemoró este jueves el “extraordinario patrimonio” de Estados Unidos ante miles de personas en una celebración del Día de la Independencia del país marcada por la presencia de tanques y aviones militares en Washington.
“Al reunirnos este atardecer en la alegría de la libertad, recordamos que todos compartimos un patrimonio extraordinario. Juntos, somos parte de una de las mejores historias jamás contadas: la historia de Estados Unidos”, dijo.
En su alocución, el mandatario alabó el “espíritu estadounidense que envalentonó a los padres fundadores”, el grupo que lideró la Revolución de las Trece Colonias contra la Corona Británica y participó en la fundación de Estados Unidos en 1776.
“Hasta el día de hoy, ese espíritu corre por las venas de cada patriota estadounidense. Vive en todos y cada uno de vosotros”, apuntó un Trump rodeado de banderas estadounidenses y de varios tanques del Ejército del país.
El mandatario pronunció estas palabras frente a un grupo de invitados vip por la Casa Blanca, que repartió entradas de las primeras filas de las gradas temporales delante del Monumento a Lincoln a grandes donantes republicanos y familiares de militares y veteranos de las Fuerzas Armadas.
“Mientras nos mantengamos fieles a nuestra causa, mientras recordemos nuestra gran historia, y mientras no dejemos de luchar por un futuro mejor, entonces no habrá nada que Estados Unidos no pueda hacer”, continuó Trump, que recibió un fuerte aplauso de sus seguidores.
La alta seguridad del Servicio Secreto de EU y las vallas metálicas instaladas alrededor del emblemático monumento fueron el centro de las críticas de miles de personas en las redes sociales, donde recordaron que hasta este año era posible sentarse en sus escaleras durante el 4 de julio para presenciar los fuegos artificiales.
Como cada año, miles de familias se congregaron en la explanada del National Mall de Washington a lo largo del día vistiendo todo tipo de piezas de ropa con los colores de la bandera estadounidense -rojo, azul y blanco-, aunque la intermitente lluvia alejó a muchas personas, según medios locales.
También se pudieron apreciar diferencias creencias políticas entre los asistentes: muchas personas llevaban las características gorras rojas con el lema “Hacer Estados Unidos Grande Otra Vez” (“Make America Great Again”), mientras otras lucían camisetas con el texto “Él no es mi presidente” en inglés.
No obstante, la gran atracción para los detractores del mandatario fue la presencia del “bebé Trump“, un globo hinchable que caricaturiza al presidente y que se hizo famoso en las protestas del año pasado en Londres.