Pese a la tristeza que dejó la muerte del ex luchador Perro Aguayo, quien este día fue despedido entre aplausos, en la familia se reconfortan al saber que ya está reunido con el Hijo del Perro Aguayo.
El 21 de marzo de 2015 murió el “Perrito”, una de las adoraciones de don Pedro Aguayo Damián, quien el pasado miércoles dejó de existir a los 73 años, para que la lucha libre se volviera a vestir de luto.
“Nos dejas una profunda tristeza, pero nos reconforta saber que ahora eres muy feliz por haberte reunido con la luz de tus ojos, que era tu amado Pedrito, los amamos y los amaremos siempre”, dijo la esposa de don Pedro, Luz Ramírez.
Este viernes se realizó una misa en honor al “Can de Nochistlán” en el Parque Funeral Colonias de Guadalajara, donde se dieron cita familiares, amigos, aficionados y compañeros de profesión, como el Satánico, Khan del Mal y Maldad.
Durante la ceremonia religiosa que ofició el padre Ricardo, sobrino del ex luchador, se recordó el legado que dejó el Perro Aguayo, de quien dijo “se prolongó como luchador en su hijo”, además de señalarlo como una buena persona y un buen luchador.
Al término de la misa, los reunidos en el templo despidieron con aplausos al ídolo de la lucha libre. El féretro con sus restos fue llevado al crematorio.
Así, esposa, hijas y nietos, acompañados de decenas de personas, dieron el último adiós a Pedro Aguayo Damián, considerado uno de los rudos más importantes en la historia de la lucha libre mexicana.