VIGÉSIMO ANIVERSARIO DE LETRAS LIBRES. (IV)
Gabriel Zaid es de los escritores más emblemáticos que tiene la revista Letras Libres. Zaid es un poeta y ensayista reconocido, miembro del Colegio Nacional y de la Academia Mexicana de la Lengua, ha sido colaborador de importantes revistas literarias, en su momento fue muy cercano a Octavio Paz, de su vida y actividad pública poco se sabe, escritores cercanos a Zaid comentan que nunca ha dado entrevistas, ni se tienen fotos de él, pero realmente su nombre si es muy conocido en el ámbito literario y periodístico, algunos de sus libros son aclamados por la crítica literaria, tal es el caso de la obra que hoy comentaremos titulada: “El progreso improductivo.”
Sobre este libro Octavio Paz comentó: “Merece ser leído y estudiado por todos.” En esta obra ensayística Gabriel Zaid aborda una gran cantidad de temas económicos, culturales, políticos, conductuales, y aunque la lectura tiene muchos datos duros, su estudio es técnico, la prosa y la forma en que los plantea el autor hace que su lectura sea fluida, comprensible, interesante y atrapante, un ejemplo es cuando Zaid se refiere al costo de la reproducción de universitarios planteando lo siguiente:
“La reproducción de universitarios. 1.Naturaleza de los costos: Repasemos las grandes diferencias de costos que hay en la gestación económica de dos prototipos muy bien definidos: el campesino y el universitario.
a) El tiempo del coito, en ambos casos, tiene un costo nulo, porque no se hace (normalmente) en horas hábiles y suele considerarse (normalmente) como una satisfacción.
Pero en el caso universitario, además del tiempo, hay otros elementos de costo. Insumos industriales, tales como los libros sobre el amor sin temores, anticonceptivos, desodorantes, perfumes, lencerías, etc. servicios profesionales, tales como el psicoanalista, conferencias de orientación, cursos de sensibilización interpersonal y hasta practicas dirigidas por doctores y enfermeras para tener mejores orgasmos.”
Por supuesto que en la descripción de las necesidades de estas dos formas de vida, el autor lo describe de manera sarcástica, burlona, porque en el fondo está realizando una fuerte crítica a esa sociedad adinerada o clase mediera, elitista y vacía, que ha incorporado a sus formas de vida muchos lujos y consumos banales que sólo buscan lograr apariencia y con ello sentirse superior al poder obtenerlos, es tanto el vacío cerebral que una buena marca de vestimenta los hace sentirse especiales y en algunos casos distintos y mejores a los demás.
Y en este apartado Gabriel Zaid sigue explicando los costos de estos dos estilos de vidas: “2. Implicaciones de los costos: El costo de producir un campesino es ante todo agrícola: el maíz, frijol y chile que se come antes de producir maíz, frijol y chile. El costo de producir un universitario consiste en buena parte de servicios (desde el ginecólogo hasta los maestros universitarios) antes de que se vuelva productor de servicios. Como si fuera poco, la gestación económica del universitario puede tomar un cuarto de siglo. Y cuando va a empezar a producir, a veces antes y sin ningún dividendo, el proceso de inversión se repite en una nueva familia. En el campo un hijo representa a los pocos años dos brazos, y ese dividendo puede cobrar en especie, por bajo que sea, aunque la nueva familia se inicie más pronto que en la ciudad.
Es decir, paradójicamente, en un régimen pobre, de actividades primarias, un hombre hecho de maíz, (como el Popol Vuh) puede producir más maíz del que costó. En cambio, en un régimen de lujo, no está tan claro que un hombre hecho de atención personal pueda llegar a producir más atención de la que cuesta.”
En los diversos capítulos claramente se aprende que un tema se va relacionando con otros, porque si ya vimos los costos en producir a un universitario y a un campesino, esta forma de ver y vivir la vida se refleja en la manera intima de relacionarse, aquí el autor nos presenta a dos prototipos de personas, las baratas y las costosas. Las personas baratas son producto del trabajo, esfuerzo, dedicación, normalmente son sencillas, sinceras, directas, y, sobre todo, dignas, en cuanto a las personas baratas Zaid escribió: “Las personas baratas pueden amarse, platicar, reproducirse y atenderse con grandes dosis de atención personal mientras lo hagan entre sí; mientras no consuman atención personal de las personas costosas. En cambio, las personas costosas no pueden amarse, platicar, reproducirse ni atenderse con grandes dosis de atención personal entre sí mismas, al menos que el intercambio de atención les sea favorable.”
Los comportamientos que reflejamos en sociedad son productos de una educación, de un diseño social donde intervienen muchos factores, en algún tiempo el honor, la dignidad, la sabiduría, la formalidad, la sencillez, el respeto, la genialidad, etc. fueron valores supremos en nuestras sociedades, ejemplo de ello el mundo griego. En nuestros tiempos la valorización jerárquica ha cambiado, en la sociedad del espectáculo que hoy vivimos vale más quien tiene riquezas, poder, belleza material, esto lo señala Zaid en el apartado:
“La cuantificación del progreso: En otros tiempos se medía el progreso por acumulación de obras, hechos o cosas notables, como las bellas letras, los paseos, los monumentos públicos, los grandes hombres, las proezas científicas, los refinamientos de la conducta, y una serie de cosas que servían para distinguir a los países adelantados de los atrasados. Se comparaba y se competía con criterios cualitativos. La cultura pesaba a favor de algunos países, que se consideraban superiores, pero que se fueron desplomando en la bolsa del prestigio internacional cuando empezaron a dominar los criterios cuantitativos.”
Necesitamos quijotes que vuelvan a cabalgar, para que en su recorrido por el mundo contemporáneo nos recuerden que el progreso productivo sólo se logra en sociedades civilizadas, humanas, donde la estimación del ser humano tiene una valorización cualitativa y no cuantitativa, para todo lo demás los ejemplos abundan.
Correo electrónico: miguel_naranjo@nullhotmail.com
Twitter@MiguelNaranjo80
Facebook: Jose Miguel Naranjo Ramirez.