La selección mexicana sub 22 ha tropezado fuertemente en semifinales del fútbol varonil en Lima 2019. Honduras mostró mayor personalidad en la recta final del partido y consiguió su objetivo. El equipo de Jaime Lozano se equivocó en muchas facetas durante el juego y cumplirá su condena el sábado: pelear por un insípido bronce que deberá servir de consolación tras sus controvertidas actuaciones en los Panamericanos.
Los penaltis, un estigma que para muchos es cuestión del pasado. Hoy el Tri mostró debilidad y poca fortaleza mental a la hora de ejecutar el disparo desde los once pasos. Empezando con el capitán Omar Govea, quien abrió la tanda y falló. Duro golpe moral para sus compañeros. Luego, Johan Vázquez la mandó al poste, mientras que los cuatro hondureños que asumieron la responsabilidad dieron cátedra con magistrales cobros imparables para José Hernández.
Jaime Lozano lo dijo en la charla previa a la tanda: «El estadio está vacío», intentando quitar presión de sus pupilos, pero el discurso no funcionó. El ‘Jimmy‘ buscó generar un revulsivo anímico, mismo que debió llegar en los tiempos extras, o incluso cuando México tenía la ventaja y el control del partido gracias al descomunal gol de Francisco Venegas desde atrás de media cancha, el cual ha pasado a segundo término tras la decepción de la derrota.
Ya nadie festeja el golazo del futbolista de los Tigres, ya no importa desde qué distancia le pegó ni la bella estampa que generó. El fracaso, si se le puede llamar así, llega cuando la sub 22 no pudo derrotar a dos selecciones de la Concacaf, área de la que presume ser el ‘gigante’. Primero Panamá en fase de grupos (0-0), ahora Honduras en semifinales.
Las victorias ante Argentina (2-1) y Ecuador (2-0) generaban argumentos para pensar en la medalla de oro, pero la realidad es distinta, esa realidad que llegó de golpe tras el gol del hondureño José Alejandro Reyes para empatar el partido al 79′, cuando lo esperado era que México aumentara su ventaja.
Luego llegaron las dos expulsiones en el tiempo extra: Brayton Vázquez y Jesús Godínez vieron la tarjeta roja y dejaron a sus compañeros deseando la llegada de los penaltis. La derrota fue inevitable. Ahora Lozano deberá pelear por un bronce que no le servirá de mucho a la hora de rendir cuentas ante sus superiores.