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AP

China bajó el jueves la cotización de su moneda por cuarto día consecutivo, mostrando su capacidad de utilizarlo como arma comercial contra Washington, aunque la tasa de cambio se estabilizó tras unas caídas que han alarmado a los mercados financieros. Además, el comercio internacional de aquél país tuvo un desempeño mejor del esperado en julio avanzando un 5.7 por ciento interanual.

El banco central fijó una cotización de 7.0039 yuanes por dólar estadounidense al inicio de las operaciones del día. Fue la primera vez que el punto de partida para la jornada se situaba por debajo del nivel políticamente sensible de 7 yuanes por un dólar.

La divisa china operaba a 7.0435 a media tarde, más fuerte que el día anterior.

Beijing alarmó a los inversionistas el lunes al permitir que el yuan cayera a un mínimo de 11 años frente al dólar. El descenso siguió a la amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de subir de nuevo los aranceles a las importaciones chinas por valor de 300,000 millones de dólares, dentro de una disputa comercial y tecnológica.

Las caídas de esta semana son “un tiro de advertencia para el gobierno de Trump” que muestra que Beijing puede debilitar el yuan para responder a la presión comercial, señaló en un reporte Nariman Beravesh, de IHS Markit.

Si se trata de una nueva fase en la guerra comercial, señaló el analista, “la tormenta financiera resultante podría sumir en una recesión tanto la economía estadounidense como la global”.

Las variaciones del yuan esta semana son pequeñas comparadas con las fluctuaciones del euro y otras monedas importantes. Pero Washington alega que la práctica de la depreciación del yuan es una ventaja injusta porque baja los precios de las exportaciones chinas e infla su superávit comercial. Eso hace que cualquier descenso tenga implicaciones políticas.

El Banco Popular de China fija cada mañana el cambio del yuan y permite una variación del 2 por ciento a lo largo del día. Puede intervenir y comprar o vender divisas, o bien ordenar a los bancos comerciales chinos que lo hagan, para impulsar la tasa de cambio.

Un yuan más débil ayudaría a compensar las subidas estadounidenses de aranceles. Pero la moneda solo ha perdido en torno a un 5 por ciento este año, lo que no puede compensar por completo las subidas de hasta un 25por ciento en los aranceles ordenadas por Trump.

COMERCIO AVANZA

El comercio internacional de China tuvo un desempeño mejor del esperado en julio, mes en el que avanzó un 5.7 por ciento interanual, aunque los analistas creen que esto no es señal de una recuperación en los próximos trimestres, ya que Estados Unidos hará frente a la devaluación del yuan con más aranceles.

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El hecho de que el dato supere los pronósticos no evita que el comercio internacional del gigante asiático siga en el terreno de la desaceleración, ya que el avance de julio es 6.8 puntos porcentuales menor al registrado en el mismo mes del año anterior, según datos oficiales publicados hoy por la Administración General de Aduanas.

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En el séptimo mes de 2019, el comercio exterior de China se situó en los 2.74 billones de yuanes (388,640 millones de dólares, 346,709 millones de euros), y las exportaciones aumentaron un 10.3 por ciento mientras que las importaciones lo hicieron en un 0.4 por ciento.

Las compras de productos extranjeros vuelven así al terreno expansionista tras haber caído un 0.4 por ciento en junio.

El superávit comercial fue de 310.260 millones de yuanes (44.037 millones de dólares, 39,282 millones de euros), lo que supone un ensanchamiento del 75.3 por ciento con respecto al dato del mismo mes del año anterior.

Los datos de julio son algo mejores de lo esperado por analistas como Julian Evans-Pritchard, de la consultora Capital Economics, que toma como base los datos de Aduanas denominados en dólares y no en yuanes.

¿La razón? Que Trump, a quien no ha gustado nada la caída de la moneda china -EU ha designado oficialmente a China como país “manipulador de divisa”-, responderá elevando los aranceles aún más, tal y como hizo la semana pasada al anunciar nuevas tasas del 10 por ciento sobre importaciones chinas valoradas en 300,000 millones de dólares.

Asimismo, las exportaciones se verán afectadas por la ralentización de la economía a nivel global, y las importaciones, por la caída de la demanda doméstica en China.

Los intercambios con Estados Unidos, país con el que China mantiene una guerra comercial desde marzo de 2018, se redujeron en un 3.5 en julio, con las ventas a ese país cayendo un 0.1 por ciento y las compras de productos estadounidenses acusando un descenso mucho más pronunciado, del 14 por ciento.

En la suma de los siete meses, el dato es aún peor: el comercio con el país norteamericano bajó un 8.3 por ciento. Las exportaciones cayeron un 2.4 y las importaciones, un 24.2 por ciento.

Hasta julio, el superávit comercial de China con respecto a Estados Unidos fue de 1.1 billones de yuanes (162,935 millones de dólares, 145,329 millones de euros), un 10.8 por ciento mayor al de los primeros siete meses de 2018.