«No se merece Porfirio Muñoz Ledo que lo llame la oposición «espurio» y tampoco se merece el trato que le da Morena de seer el hombre de paja que necesitan, contraviniendo la ley Orgánica interna, para no soltar la presidencia de la Cámara de Diputados. Luego de haber entregado la banda presidencial al primer Presidente surgido de la izquierda y desplegar gran oficio en el manejo de la sesiones ¿qué necesidad tenía Porfirio de seguir al frente de la Mesa Directiva por una imposición? Evidente, ninguna. Y menos cuando es el candidato obvio a la Medalla Belisario Domínguez. Para la posteridad, la frase del propio Muñoz Ledo, que sin darse cuenta que tenía el micrófono abierto al finalizar la sesión, comentó irónico: «es un delito estar con Porfirio». Lo escriben en «Templo Mayor» de Reforma.