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EFE

El gobierno británico publicó las peores previsiones en caso de que finalmente el próximo 31 de octubre se produzca un Brexit sin acuerdo, una idea que apoya el primer ministro, Boris Johnson, por la que suspendió al Parlamento, para evitar, sin éxito, que bloqueara sus propósitos.

En un texto de seis páginas, que data del pasado 2 de agosto, el gabinete de Johnson recoge 20 posibles consecuencias de una salida abrupta de la Unión Europea, entre las que destaca el impacto en los suministros de comida y medicamentos y fuertes alzas en los precios de éstos y otros bienes básicos, así como de la electricidad.

El gabinete pronostica que Francia restaurará inmediatamente los controles aduaneros sobre los productos británicos, lo que podría afectar a entre 50 y 85 por ciento de transportistas que usan el Canal de la Mancha, sólo en el Día 1 después del Brexit. En el peor escenario, podría haber retrasos de hasta tres meses en la recepción de dichos productos.

Downing Street, la sede del gobierno británico, señala que estos trastornos en el comercio de mercancías provocarán problemas en el suministro de comida y medicamentos, por lo que los precios subirán. Aunque cree que el suministro de energía eléctrica se mantendrá como hasta entonces, sí habrá un repunte en las tarifas de la luz, precisa.