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La Jornada / Armando G. Tejeda, corresponsal

Por cuarto día consecutivo, decenas de miles de personas en Cataluña salieron a las calles con el mismo objetivo: la liberación de los políticos presos y condenados por el Tribunal Supremo español a penas de hasta 13 años de cárcel y el respeto al derecho de autodeterminación de los pueblos.

En Barcelona se registró una multitudinaria manifestación de estudiantes de secundaria, preparatoria y universitarios que coincidieron además en exigir la dimisión en bloque de todo el gobierno catalán, presidido por el independentista Quim Torra, por las actuaciones policiales de los últimos días. Desde el lunes, que iniciaron las protestas, se han detenido a 97 personas y han tenido que ser atendidas con diversas lesiones más de 400 personas.

A las fotografías y los videos de las ciudades en llamas, los duros altercados y enfrentamientos con la policía, el movimiento independentista respondió con una serie de marchas pacíficas, festivas y con el mismo tono reivindicativo.

Prácticamente todos los líderes separatistas hicieron un llamamiento a la calma, a mantener el espíritu pacífico del movimiento desde que inició su andadura hace siete años y a no dejar que se manche con la violencia. El propio Torra condenó los hechos, a los que atribuyó a supuestos “infiltrados” o grupos de “provocadores” organizados, que, según unos informes de los servicios de inteligencia, podrían pertenecer a los movimientos anarquistas de otros países europeos, que apoyan desde hace tiempo el proceso separatista catalán.

En cualquier caso, el grueso de los manifestantes catalanes mantuvieron la misma línea de los últimos años: salieron a las calles para reivindicar de forma tranquila su rechazo a la sentencia del tribunal español y también para exigir a sus propios gobernantes que pongan en marcha lo antes posible la hoja de ruta que les lleve a la secesión del Estado español y al nacimiento de la nueva República catalana.

Eleonora, una estudiante de preparatoria de tan solo 15 años, salió a que fue una de las primeras manifestaciones de su vida con la bandera catalana pintada en el rostro y una bandera colgada en la espalda. “Estamos aquí para luchar por nuestro futuro porque nosotras no queremos seguir igual, perteneciendo a un Estado que no respeto nuestra historia ni nuestra cultura”, aseguró.

Ella, junto con sus compañeras de colegio, acudieron a la convocatoria de los Comités de Defensa de la República (CDR´s), que les pidió que llevaran pelotas de plástico para jugar durante la concentración masiva en la calle de Paseo de Gracia. Y así lo hicieron, lo que permitió ver una de las imágenes más festivas de las movilizaciones de los últimos días: miles de jóvenes jugando al voleibol o al futbol o simplemente dando toques con la mano a pelotas o globos. Una escena muy distinta a la vista en los últimos días, con jóvenes encapuchados arrancando adoquines e incendiando las calles con barricadas de fuego.

El único episodio de violencia de esta jornada fue la que se registró en una manifestación de extrema derecha al norte de la ciudad, que coincidió con otra de grupos antifascistas. Al final la policía tuvo que cargar en varias ocasiones tras las agresiones de los grupos radicales.

En un contexto de máxima tensión, tanto política como social, el presidente Torra compareció ante el Parlamento catalán en un debate monográfico en el que se presentó con una propuesta: realizar un nuevo referendo de independencia antes de que acabe la legislatura.

El problema es que esa iniciativa no la había consensuado con nadie, ni siquiera con su propio partido, con lo que su principal socio en el gobierno y en el movimiento de secesión, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), no sólo la rechazó sino que además afirmó públicamente que desconocía la iniciativa del presidente. Además todo la oposición, menos el también independentista CUP, exigió su dimisión por ser más un “activista” que un presidente de la Generalitat.

Pero a todo Torra explicó que después de la sentencia del Tribunal Supremo, Cataluña ejercerá “más que nunca el derecho a la autodeterminación” y advirtió que él defenderá que “al final de esta legislatura se vuelva a ejercer el derecho de autodeterminación. Y si para poner las urnas por la autodeterminación nos condenan a 100 años, se deberá volver a poner urnas para la autodeterminación. Así que lo volveremos a hacer”, añadió.

Entre tanto se informó que desde que iniciaron las protestas el pasado lunes se ha detenido a 97 personas, cinco de ellas en prisión provisional sin fianza, y se calcula que más de 400 personas han tenido que ser atendidas por lesiones leves, con la excepción de los heridos graves -uno que perdió un ojo y otro que sufrió la perdida de un testículo-.

El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, advirtió que “todos los actos delictivos ocurridos hasta ahora no van a quedar impune”, al tiempo que anunció que la policía española está preparada para la huelga general prevista para este viernes, en la que ya hay cancelados más de 50 vuelos, se paralizará la actividad de la fabrica de la Seat en Martorell y se cancelaron los atraques de todos los cruceros que tenían previsto hacer escala en el puerto.