La Ley de Ingresos de la Federación (LIF) 2020, que fue aprobada por la Cámara de Diputados y que se mantuvo prácticamente en los términos de la iniciativa del Gobierno federal, tiene poco margen para realizar ajustes, advirtió este martes Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Durante su primera intervención en la reunión de trabajo ante las Comisiones Unidas de Hacienda y Crédito Público y Estudios Legislativos, Segunda, del Senado, sostuvo que, además, es necesario que el superávit primario se mantenga en el nivel de 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) avalado en San Lázaro, ya que ello mandaría una señal de responsabilidad a mercados.
«La Ley de Ingresos que estamos proponiendo tiene muy poco margen de maniobra para ajustes. Nos gustaría que el superávit primario se mantuviera en ese nivel propuesto, creemos que la señal a los mercados en términos de deuda no sería el adecuado (si se modifica superávit)», sostuvo.
Yorio insistió ante los senadores, quienes deberán aprobar la LIF 2020 antes del 31 de octubre, que hay muy poco margen para tratar de presionar los ingresos, ya que en un ejercicio de manejo de gestión financiera, la Tesorería y el presupuesto son prácticamente un «espejo».
«Estamos ya en un momento en el que poner más números a la ley no necesariamente se traduciría en pesos sonantes en nuestra tesorería. Es un ejercicio de responsabilidad fiscal y de señal a inversionistas a los mercados y de mantener deuda constante. Nos gustaría tratar que Ley de Ingresos se mantuviera en los rangos de niveles de agregados fiscales que hemos enviado», sugirió.
El subsecretario dijo que un superávit primario de 0.7 por ciento del PIB permitirá al Gobierno mantener la deuda «estable» en un nivel de 45.6 por ciento del PIB, por lo que bajar el balance primario no sería una buena señal ante mercados y se presionaría el nivel de deuda del país.