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TICbeat

Muchos de los alimentos comunes en nuestros platos o con amplia presencia en los estantes de los supermercados han viajado miles de kilómetros en el avión, tienen detrás kilos y kilos de emisiones contaminantes, han provocado estrés hídrico y contaminado acuíferos o tienen una profunda huella de carbono.

Si te preocupa el medio ambiente y quieres apostar por comer más sano y sostenible, existen algunos ingredientes que deberían desaparecer o tener menor cabida en tu dieta habitual.

CAFÉ CONVENCIONAL 

El café está destinado a crecer a la sombra, pero muchos agricultores ahora lo cultivan a plena luz del sol, con una fuerte dependencia de pesticidas. Foto: EFE.

Desde un punto de vista ambiental, deberías adquirir siempre café orgánico, sostenible y con sello de comercio justo. El café está destinado a crecer a la sombra, pero muchos agricultores ahora lo cultivan a plena luz del sol, con una fuerte dependencia de pesticidas, herbicidas, fungicidas y fertilizantes. También talan las selvas tropicales, destruyendo los hábitats de miles de especies.

CARNE

Se necesitan entre 500 y tres mil litros de agua para la producción de un solo kilo de carne. Foto: Marcelo Sayo, EFE

La carne procedente de ganadería intensiva, especialmente la roja (y sobre todo la de res) tiene un elevadísimo e insostenible coste ambiental: se deforestan bosques para cultivar soja que alimente al ganado (el 80 por ciento de la agricultura mundial se destina a tal fin). El gasto de agua de la producción cárnica es aterrador: como rescatábamos en este artículo, solamente en Estados Unidos, un tercio del agua se destina solamente a esta industria.

Se necesitan entre 500 y tres mil litros de agua para la producción de un solo kilo de carne. Algunos de los efectos causados por la cría de animales como alimento son la desertificación, la erosión del suelo, el agua subterránea contaminada y las emisiones de gases de efecto invernadero, el agotamiento de la biodiversidad nativa, el aumento de las especies exóticas invasoras y el gasto energético de transporte o congelación.

Apostar por fuentes de proteína vegetal como las legumbres y reducir el consumo de carne es fundamental para el planeta, tal y como ha solicitado la FAO y concluye la mayor revisión de estudios científicos hasta la fecha. Joseph Poore, investigador de la Universidad de Oxford revela que la carne de menor impacto crea un 360 por ciento más de emisiones de gases de efecto invernadero, un 3 mil 200 por ciento más de acidificación, un 970 por ciento más de eutrofización y precisa un 230 por ciento más de tierra que una plantación media de soja para tofu por gramo de proteína.

ACEITE DE PALMA

Cultivo de palma de aceite en María la Baja (Colombia). Foto: Ricardo Maldonado, EFE

Puede que sea el más popular del listado en cuanto a contaminación, destrucción de biodiversidad y deforestación. El aceite de palma no sostenible se trata del principal culpable de destrucción de la selva tropical, arrasando enormes extensiones de bosques tropicales en zonas como Indonesia y Malasia para plantar árboles de aceite de palma. Por su culpa, el orangután está en peligro de extinción. Algunas de las marcas que lo usan son Nestlé, Kellogg´s, L´oreal,
Unilever, Burger King, McDonald´s, Colgate o Starbucks.

Existe una versión sostenible, que tiene como objetivo reducir el impacto de la producción sobre el medio ambiente, los trabajadores y las comunidades indígenas.

AGUACATES IMPORTADOS

Según la agencia de noticias Associated Press, la producción y plantación de árboles de aguacate usa el doble de agua que un bosque bastante denso. Foto: Isaac Esquivel, Cuartoscuro

Aunque lo tomes de vez en cuando, no debería ser un alimento diario, y siempre deberías ver de dónde procede, ya que la producción de aguacate está dañando el medio ambiente. En México, por ejemplo, gran parte de la producción de aguacate tiene lugar en las montañas de Michoacán. Pero, según la agencia de noticias Associated Press, la producción y plantación de árboles de aguacate usa el doble de agua que un bosque bastante denso.

Un investigador del Instituto Nacional de Silvicultura de México reveló que entre 2001 y 2010, la producción de aguacate se triplicó en Michoacán, y que el aumento de la demanda de aguacates había causado la pérdida de aproximadamente mil 700 acres al año.

Otro problema con la producción de aguacate, según Greenpeace México, es el uso de productos químicos y altos volúmenes de madera para empacar y enviar las frutas a otros países.

LECHE DE ALMENDRAS

Para producir 100 mililitros de leche de almendras se necesitan 100 litros de agua. Foto: Pixabay.

Por mucho que la gente adore la leche de almendras como un sustituto más saludable y, según algunos, con mejor sabor a la leche regular, su producción también tiene un impacto ambiental significativo que te hará barajar otras opciones como la leche de avena o de arroz.

Según información recabada por The Guardian, más del 80 por ciento de las almendras del mundo provienen de California, una región conocida por algunas de las peores sequías en la historia de los Estados Unidos y asolada en los últimos años por graves incendios masivos. Cultivar sólo una almendra requiere cinco litros de agua. Para producir 100 mililitros de casi leche, se necesitan 100 litros de agua.

AZÚCAR

La producción de azúcar destruye los hábitats naturales, requiere el uso intensivo de agua y el uso de agroquímicos dañinos. Foto: Pixabay.

Todos sabemos que el azúcar es mala para nosotros. Sin embargo, no solo el azúcar daña nuestros cuerpos y nuestra salud, sino que, según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), también daña a nuestro planeta. El informe, “Azúcar y medio ambiente”, dice que se producen más de 145 millones de toneladas de azúcar en 121 países cada año.

La producción de azúcar destruye los hábitats naturales, requiere el uso intensivo de agua y el uso de agroquímicos dañinos, y causa contaminación del aire. En el estado indio de Maharashtra, por ejemplo, la caña de azúcar cubre el 3 por ciento de la tierra, pero rodea el 60 por ciento del suministro de riego y, por lo tanto, causa una pérdida sustancial de agua subterránea en el área.

LÁCTEOS INDUSTRIALES

El queso genera la tercera emisión más alta de gases de efecto invernadero, detrás del cordero y la carne de res. Foto: Pixabay

Las veinte principales compañías de carne y lácteos emitieron en 2016 más gases con efecto de invernadero que toda Alemania. Un informe de 2011 publicado por el Environmental Working Group (EWG) titulado “Meat Eaters’ Guide to Climate Change + Health” mostró que el queso genera la tercera emisión más alta de gases de efecto invernadero, detrás del cordero y la carne de res. La mayoría de las emisiones se generan durante la fase de producción.

Cabe destacar que en el estudio elaborado por The Lancet se muestra que la producción de alimentos ocupa el 43 por ciento de la tierra del planeta (sin contar desiertos y regiones heladas), tiene la culpa del 26 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, el 32 por ciento de la acidificación de los mares y el 78 por ciento de la eutrofización.

Otros alimentos con una gran huella ambiental negativa son el chocolate, el alcohol o el pescado de piscifactoría.