La mezcla West Texas Intermediate (WTI) cerró este viernes con una fuerte subida del 3.1 por ciento, a 63.05 dólares el barril, debido al ataque estadounidense en Bagdad en el que murió al comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní, Qasem Soleimaní.
Por su parte, el Brent ganó 3.54 por ciento, a 68.80 dólares el barril, un incremento de 2.35 dólares respecto a su última negociación.
La muerte de Soleimaní ha despertado temor entre los aliados de Estados Unidos a una nueva guerra en Oriente Medio y provocado la subida de los precios del petróleo, así como caídas en los mercados de todo el mundo.
El incidente ha reavivado los temores a un nuevo conflicto en el Golfo y a que ese incidente pueda influir en la producción petrolera global, pues en la zona hay varios de los principales productores del mundo que podrían verse afectados en caso de que la situación se agravara.