La economía china creció un 6.1 por ciento en 2019, cifra que cumple con el objetivo marcado por el Gobierno pero que vuelve a marcar, al igual que en 2018, el menor avance desde 1990, lo que pone en evidencia una desaceleración que Pekín achaca a un contexto adverso y al cambio de modelo económico en el país.
A pesar de reducirse en 0.5 puntos porcentuales, el crecimiento que experimentó la segunda economía mundial en 2019 entra dentro de la horquilla de entre el 6 y el 6.5 marcada por el Ejecutivo.
China continúa así por la senda de la desaceleración de su economía, a la que regresó en 2018 después de que en el año anterior experimentase la primera subida entre dos ejercicios desde 2010. Las autoridades hablan de un cambio de modelo desde uno basado en manufactura y “crecimiento rápido” a otro orientado al consumo y al “crecimiento de alta calidad”.
En esta década, el gigante asiático tan solo ha registrado una mejoría en su tasa de crecimiento económico anual en 2010 (10.6 por ciento) y 2017 (6.8 por ciento).
El informe anual publicado hoy por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) reconoce los “crecientes riesgos y desafíos tanto a nivel nacional como internacional” para la economía china en un 2019 que estuvo marcado por el recrudecimiento de la guerra comercial con Estados Unidos y por un contexto de desaceleración global.
En términos nominales, la riqueza total de China ascendió el año pasado a 99.09 billones de yuanes (14.41 billones de dólares, 12.94 billones de yuanes), lo que supone un incremento del 7.8 por ciento.
ALGUNAS BUENAS NOTICIAS…
En el cuarto trimestre del año pasado, el PIB chino se elevó en un 6 por ciento interanual -en los tres anteriores lo había hecho en un 6.4 por ciento, 6.2 por ciento y 6 por ciento, respectivamente-, resistiendo gracias a un diciembre mejor de lo esperado.
Para Julian Evans-Pritchard, analista de la consultora Capital Economics, la inercia positiva con la que termina 2019 gracias a un aumento de la demanda tanto interior como exterior no es suficiente como para asegurar que la desaceleración china haya tocado fondo: “Creemos que es prematuro llamarlo el fondo del actual ciclo económico”.
Entre los puntos positivos destaca una meta que China llevaba tiempo queriendo cruzar: por primera vez en su historia, el PIB per cápita cruzó el umbral de los 10 mil dólares, aunque los ingresos disponibles por habitante todavía quedan bastante por debajo, en 30 mil 733 yuanes (4 mil 482 dólares, 4.024 euros), un 5.8 por ciento más -excluyendo el factor precios- que el año anterior.
El director de la ONE, Ning Jizhe, aseguró hoy durante la presentación del informe que el PIB chino equivale ya a la suma de los de Japón, Alemania, Reino Unido y Francia: “Es el 16 por ciento del total mundial y su crecimiento contribuye en un 30 por ciento al global”.
Ning celebró que 2019 fue el séptimo año seguido en el que China consigue sacar de la pobreza a más de diez millones de personas.
También se hicieron públicos hoy otros datos como la producción industrial, que se incrementó un 5.7 por ciento; la inversión en activos fijos, que se elevó un 5.4 por ciento, o el desempleo, que cerró 2019 en el 3.62 por ciento en las zonas urbanas.
… Y OTRAS NO TAN POSITIVAS
En una China que alcanzó por primera vez los mil 400 millones de habitantes, la tendencia demográfica no es especialmente alentadora: la tasa bruta de natalidad registrada este año cayó a sus mínimos desde la fundación de la República Popular, hace 70 años, con 14.65 millones de nacimientos, 580 mil menos que en 2018.
Y en 2019, irónicamente el Año del Cerdo según el zodíaco chino, la población de cerdos se vio gravemente diezmada por una epidemia de peste porcina africana, lo que provocó que la producción de esta carne -una de las favoritas de los chinos- se redujera un 21.3 por ciento (cayó a mínimos desde 2003) y se convirtiera en la principal responsable de la subida del 2,9 % de la inflación, aunque esa cifra sigue por debajo de la meta oficial.
Uno de los pilares del cambio económico que propugna Pekín, el consumo, supuso el 57.8 por ciento del avance del PIB, cifra nada desdeñable que, sin embargo, regresa a niveles de 2017 después de haber aportado un 76.2 por ciento al avance en 2018.
Las ventas minoristas subieron un 8 por ciento en 2019, un punto porcentual menos que el año anterior, y la venta por internet avanzó un 16.5 por ciento y ya supone el 20.7 por ciento de las totales.
¿QUÉ PASARÁ EN 2020?
De cara a este año, Evans-Pritchard cree que los vientos de cara que frenan a la economía china deberían amainar gracias a la firma de la “primera fase” del acuerdo comercial entre Pekín y Washington, así como por la recuperación del crecimiento global, aunque advierte de que la demanda doméstica se resentirá, por lo que prevé más flexibilidad en la política monetaria del país asiático.
El economista Tommy Wu, de Oxford Economics, se atreve incluso a pronosticar que la economía china crecerá un 6 por ciento en 2020, sosteniéndose así por encima de lo que algunos expertos consideran una barrera psicológica.
En su opinión, pese al efecto positivo del acuerdo parcial entre China y EU, lo más posible es que los aranceles actuales se mantengan durante el año debido a la escasa probabilidad de que las negociaciones avancen lo suficiente como para posibilitar un nuevo pacto.
En clave nacional, Wu también espera una expansión monetaria pero cree que, debido a las últimas mejoras en la coyuntura del país, esta no será más que “modesta”.
Aunque el objetivo oficial no se conocerá hasta la sesión anual del Legislativo, prevista para marzo, Ning mostró hoy su confianza en mantener un crecimiento “estable” en 2020.