La guerra desatada por Arabia Saudí en petróleo ha derribado los precios del crudo en el mercado desde el pasado lunes, la cotización sufrió descensos del 31 por ciento en el caso del Brent y del 27 por ciento en el Texas. Hoy el barril repunta alrededor de un 4 por ciento, pero no evita que las pérdidas semanales sean las mayores desde la crisis financiera de 2008.
En mitad del caos bursátil provocado por el coronavirus, el petróleo está asumiendo su parte de protagonismo. El paro económico mundial que está provocando la pandemia supone un duro golpe para la demanda de crudo, pero la caída a cuchillo de la cotización responde a la intención de Arabia Saudí de inundar el mercado con sus reservas para hundir el precio y dañar a sus competidores.
La alianza entre Moscú y Riad saltó por los aires cuando Rusia se negó a sumarse a los recortes de producción que proponía la OPEP la semana pasada. Desde entonces no ha parado de crecer la tensión. El fin de semana Arabia lanzó una rebaja histórica para sus barriles y anunció para abril un aumento de producción del 25 por ciento. Lejos de amedrentarse, Rusia ha respondido que responderá asumiendo los bajos precios y abaratando y aumentando también su producción.
La avalancha de petróleo que se avecina amenaza a afectar la producción de fracking de Estados Unidos y desestabilizar a la economía de los países productores de petróleo. Más allá del desplome de los precios, el mercado de crudo está sacudido. Los precios del petróleo hace referencia a los contratos de futuros que se cierran.
Lo habitual es que estos sean más bajos que el precio se paga al contando. Los especialistas llaman a este mercado Backwardation. Pero actualmente, según informa Bloomberg, se está pagando actualmente por el barril de crudo diez dólares menos al que marcan los futuros. Una situación de supercontango, con los inversores anticipando un mayor desplome de los precios.
Según explican desde Goldman Sachs, se producirá un incremento sin precedentes de reservas de petróleo en todo el mundo, arrastrando a los precios hasta los 20 dólares. A pesar de que en Estados Unidos se producirán una cascada de quiebras de pozos, no será suficiente para compensar el exceso de oferta.
Hoy los mercados viven una tregua, después del día negro de ayer. Las bolsas y petróleo se hundieron después de que el BCE anunciara un aumento de 120 mil millones en compra de activos y barra libre de liquidez con tipos negativos para los bancos. La Fed posteriormente aumentó los manguerazos de dinero para el sistema de 1.5 billones de dólares. Tampoco sirvió para que Europa cerrara su peor sesión de sus historia y Wall Street la peor desde el lunes negro de 1987.
El petróleo cerró con caídas del 7 por ciento, después de que Estados Unidos suspendiera los viajes desde Europa.
Al cierre de la sesión el barril de petróleo tipo Brent del Mar del Norte, para entregas en mayo, subió un 2.5 por ciento, hasta superar los 34 dólares por barril.
En tanto, el crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) para entregas en abril cerró con una ligera subida del 0.7 por ciento, hasta los 31.73 dólares el barril. Su caída en los últimos siete días ha sido del 22 por ciento.
Por su parte Petróleos Mexicanos informó que al final de la jornada del 12 de marzo la mezcla mexicana de petróleo de exportación registró una caída de 2.35 dólares, 9.06 por ciento, respecto al cierre de día anterior y cotizó en 23.58 dólares por barril.