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Europa Press

Parece que es necesaria una epidemia mundial para que recordemos lo importante que ha sido el jabón para la humanidad.

En 1846 un médico Semmelweis del hospital general de Viena descubrió que muchas mujeres morían de infecciones después de parto, pero solo cuando las atendía un médico, no una matrona. Resulta que los médicos hacían autopsias, y no se les ocurría lavarse las manos después.

La costumbre de lavarse las manos pasó a ser una práctica habitual, y las muertes por infecciones como el cólera o el tifus se convirtieron en cosas del pasado.

¿Seguro? Según la OMS el 70 por ciento de los trabajadores sanitarios del mundo no se lavan las manos. En España, una cuarta parte de la gente no se lava las manos después de usar el baño.

Hay gente que está intentando protegerse contra infecciones como el coronavirus con geles desinfectantes de manos. ¿Esto funciona? Los geles contienen alcohol isopropilo, que con la concentración adecuada disuelve la membrana de las bacterias y los virus.

Sin embargo, si la concentración es menor del 60 por ciento el alcohol no es efectivo. Por eso el vodka, que solo tiene un 40 por ciento, no es un buen desinfectante. También hay ciertos virus que tienen una membrana dura que resiste al alcohol, como el noravirus. Los geles tampoco son efectivos si tenemos las manos sucias o grasientas.

La OMS recomienda usar los geles desinfectantes solo cuando no se dispone de agua y jabón. El agua con jabón funciona de otra manera totalmente distinta. Las moléculas de jabón tienen una parte que atrae al agua y la otra que atrae a la grasa. Por eso el jabón se disuelve en agua, y por eso sirve para arrastrar y eliminar la grasa.

Pero además esta estructura es muy parecida a la que forma la membrana de los virus, por lo que el jabón tiene la capacidad de disolverla. También disuelve las proteínas que forman el RNA, las instrucciones que el virus inyecta en las células al infectarlas.

Ojo, esto solo funciona si te lavas las manos frotando vigorosamente durante más de 20 segundos. Eso es equivalente a cantar cumpleaños feliz dos veces.

Por favor, mentalmente.