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El País/Reforma

El mapa que muestra la Organización Mundial de la Salud (OMS) para México es sorprendente. Prácticamente toda América aparece ya en color rojo, signo de una epidemia de coronavirus avanzada, salvo México, que permanece gris, es decir, en una primera fase, con 203 afectados y dos fallecidos.

Los responsables de la OMS-Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el País Jean Marc Gabastou y Cristian Morales Fuhrimann aseguran que se están tomando las medidas adecuadas y que este tiempo ganado sirve para ir tomando lecciones de otros países antes de que la pandemia se haga fuerte.

A pesar de todo, afirman que los peores escenarios también llegarán y que es impredecible saber qué ocurrirá entonces. Para México se ha elevado la predicción de afectados graves hasta 7 por ciento de la población, debido a la mayor incidencia en este país de la diabetes y la obesidad, debilidades en la lucha contra el virus.

La sede de la OMS en México tiene gel antibacterial por todos lados y un expendedor de espuma recibe a quienes suben al ascensor. Si no hay síntomas, el uso de mascarillas no es necesario. «Quítenselas», ordena Gabostou.

En otros países se está haciendo autocrítica por no haber tomado a tiempo medidas que habrían ayudado a contener o reducir la epidemia. ¿Qué pasa en México?

Morales: México está tomando varias de las lecciones aprendidas por otros países, como China, y está aplicando medidas coherentes en las recomendaciones de la OMS; fue el primero en poner a punto una prueba de detección para el coronavirus y eso es premisa básica para disminuir la velocidad de dispersión de la pandemia.

Esos esfuerzos nos hacen pensar que se siguen haciendo bien las cosas, los 164 (cifra de casos reportada hasta el viernes antes de las 19:00 horas) son aún importados (de otros países con la epidemia) y las personas con las que estuvieron en contacto han sido estudiadas, eso nos deja tranquilos.

Estando aún en el escenario 1 se están aplicando medidas típicas del 2, cuando ya se da transmisión comunitaria. Eso es ir por adelantado. Pongo este ejemplo: en España cerraron las escuelas cuand llevaban más de mil casos, y en Italia más de 2 mil; aquí se han clausurado con 100.

Podemos apreciar que hay cosas que se están haciendo correctamente, aunque eso no significa que todo va a salir bien, sabemos que vamos a transitar muy pronto al escenario 2 y que el 3 va a expresarse muy probablemente en las próximas semanas. La incógnita es cómo sucederá. ¿Se dará igual por todo el País, escalonadamente por estados? Eso es un gran desafío.

¿Cuáles son las fortalezas de México para enfrentar esta crisis?

Gabastou: Tiene establecimientos, tecnología de muy alta calidad y personal muy preparado. La capacidad de reacción fue inmediata, tiene uno de los laboratorios de más calidad en la región y en el mundo, y fue el primer país en implementar el algoritmo para el diagnóstico completo. Capacidad tiene, es cuestión de organización y reorganización en los servicios ante una situación como esta, y es ahí donde vamos a ver cómo responde al escenario 3 en las semanas que vienen.

¿Cómo prevén que responderá?

Gabastou: A la luz de las experiencias de otros países, esperamos que se haya aprendido y que se tomen medidas que mitiguen los efectos económicos, sanitarios. Cada semana ganada nos enseña lo que se debe o no hacer y el costo relacionado con la eficiencia.

¿Una quiebra de la economía social podría ocasionar muertes a medio plazo, quizá más que las originadas por un virus como este?

Gabastou: A corto plazo, hay que mantener la continuidad de los servicios en general y en particular los de salud, porque hay otras enfermedades, transmisibles y no transmisibles, crónicas, que requieren monitoreo, tratamientos que pueden verse afectadas. Y a medio y largo plazo, la economía tiene un efecto global, y México no estará exento de esos efectos colaterales, de consecuencias sanitarias, económicas y sociales.

El Gobierno, alertado de otras crisis, ¿no estará, quizá, primando resguardar la economía en lugar de tomar medidas más drásticas o eficaces contra la pandemia?

Gabastou: Esas medidas drásticas no han demostrado su eficiencia. Si hubiera una receta mágica la aplicaríamos, y nosotros la recomendaríamos, pero esa receta no existe.

Países con el PIB alto que han iniciado medidas muy drásticas pueden sufrir un impacto más fuerte porque finalmente dependen de las finanzas de la especulación. Esas medidas no mitigan el impacto económico. México está resistiendo y es un país con muy pocos casos. Eso va a cambiar rápidamente, pero este esquema nos habrá hecho ganar días o semanas.

Dice que México ha aprendido de otros países, pero sus colegas de la OMS en Europa aseguran que los éxitos de China o Corea del Sur dependen de los tests de detección que se han tomado entre la población. México no ha hecho muchos, en comparación. ¿No hay una contradicción entre lo que dice la OMS allí y aquí?

Morales: La OMS es una sola. El llamado del director general a los tests es para saber por dónde va la epidemia y su dispersión. Quiénes, cómo y por qué se están infectando. En México se hacen tests sin dejar a ningún sospechoso, y, además, hay un sistema desplegado, gracias a su capacidad de vigilancia epidemiológica, que se llama centinela y que ocupa el sistema de detección de influenza, al cual se le agrega un algoritmo para testear el coronavirus. Hay más de 400 centros para eso y se va teniendo un panorama de la evolución. Es coherente con la insistencia del director general de la OMS.

Gabastou: El aislamiento de pacientes que podrían transmitir la enfermedad se ha hecho a cabalidad. Si hacemos un tamizaje masivo, ¿a cuántas personas hay que efectuar la prueba y cuántas veces? Ahí ya estaríamos hablando de costo-efectividad. Un negativo hoy no significa que lo sea dos días después. Es mejor el sistema centinela, que, hasta hoy, no ha dado ningún resultado positivo. Eso no garantiza que el País esté exento, hay que estar reactivos.

Al Gobierno se le tuvo que insistir durante días para que diera el número de tests efectuados. Dijeron entonces que llevaban 9 mil 100. No se ha vuelto a hablar de cifras. ¿No sería conveniente dar estos datos para la tranquilidad de la población?

Morales: Es legítima la preocupación. La población está en derecho de conocerlo. Corresponde preguntarle a las autoridades nacionales. No veo por qué no se da esa información y si no se da hay un problema.

Gabastou: Nueve mil pruebas para la fase 1 de la epidemia y eventualmente 2 es suficiente. En cuanto entremos en el 2, el número de casos y de contactos aumentará, y cada vez que tengan síntomas se van a ejecutar estas pruebas y se va a aplicar el muestreo de la vigilancia centinela, ya se está planificando la elaboración. Ya hay proveedores aquí que fabrican lo necesario para estas pruebas. No vamos a estar faltos de pruebas. Y también se hacen proyecciones para el escenario tres, pero no es que entonces se vayan a multiplicar las pruebas, porque ahí ya no hay valor agregado, serán atendidos en función de su sintomatología leve, severa o crítica. Ahí (lo que se requiere) son más insumos de protección.

Tampoco en eso se está siento todo lo transparente que se debiera.

Gabastou: Se ha hecho un inventario de insumos para los tres escenarios, y sobre esa base hay un análisis que generó un proceso de compra de insumos y de capacitación (de personal), campañas de información, reactivos y dispositivos médicos (de acuerdo) con todas las instancias de salud. Sobre ello se ha redimensionado y se están preparando para alimentar la red para los futuros escenarios, en los que no entraremos de golpe. A medida que los estados, los distritos vayan resultando afectados, los insumos llegarán. Y siempre debe haber una reserva estratégica que garantice que toda la población esté atendida oportunamente y con la misma calidad.

Morales: A partir de ese análisis se ha estimado cuántas personas van a requerir atención: la gran mayoría de los que nos infectemos no vamos a desarrollar enfermedad. Alrededor de 14 por ciento de los sintomáticos van a requerir cuidados especializados, y, probablemente, la mitad, un 7 por ciento de ese 14 por ciento necesitará cuidados intensivos. Lo que nadie conoce es si estos números se van a expresar al mismo tiempo o paulatinamente. No es lo mismo que la atención especializada para ese 7 por ciento se requiera en 10 días o a lo largo de tres meses; de ello dependerá la presión que sufra el sistema de salud.

Otros países hablan de un 4 o 5 por ciento. ¿Por qué México tiene 7?

Gabastou: Por las características de la población. Aquí hay más gente joven, sí, pero es el segundo o tercer país en diabetes y obesidad, que son factores de riesgo. Un 50 por ciento de los que entren en cuidados intensivos podrían fallecer, por eso es mejor que se prevea un número superior para anticipar derivas e imponderables.

En México, miles de personas mayores de 60 años están en las cajas de los supermercados empacando productos para ganar unas propinas. Son población de riesgo por su edad, pero a su lado pasan cada día miles de manos y de bocas. ¿Es prudente permitir que sigan estando en esos espacios?

Gabastou: Es un comentario acertado. Son de riesgo y más si tienen comorbilidad, como diabetes, antecedentes de problemas respiratorios. Hay medidas que se están gestando y que serán anunciadas, pero no todo es responsabilidad federal, también están los municipios, los estados, que deben tomar medidas acordes con la decisión de sus poblaciones y de su población de riesgo.

¿La OMS recomendaría que esos jubilados estuvieran apartados ya de los supermercados?

La palabra apartados no es la adecuada. Hablamos de protección, de garantías sanitarias, no es cuestión de estigmatizar, sino de que tomen medidas de cuarentena, de que espontáneamente se les recomiende aislarse y que los miembros de sus familias o asilos adecuen la respuesta a esa población. Nuestra recomendación es proteger a esa población.

¿O sea que sí?

Gabastou: Sí, eso va a llegar y es una parte de nuestras recomendaciones.

¿Deberían estar ya protegidas, en cuarentena, en sus casas?

Gabastou: Es un debate, estamos en escenario 1, de preparar a las personas para cuando ese tipo de aislamientos se apliquen; nos hemos reunido con las grandes empresas y les recomendamos activar los planes de contingencia y aplicar las medidas correspondientes. Todas esas medidas se van a aplicar a toda la población. En un momento dado esas medidas se tomarán de manera más drástica como lo vimos en Europa. Todo esto permite la continuidad y la estabilidad de la economía porque esto tiene dos caras. Se supone que con estas precauciones se limita la transmisión, pero la segunda cara es que se colapse el país, y eso podría tener efectos colaterales sobre otras enfermedades o sobre capas de la sociedad, como el desempleo, la violencia.

Todavía hay quien se pregunta si esto del virus es verdad. ¿Está toda la población informada por igual y de forma suficiente?

Gabastou: Nunca es suficiente. Una población con información científica incorporará los riesgos a los que se expone y eso (debe hacerse) con mensajes a todas las capas de la sociedad. Hay que intensificar las campañas de información y diversificarlas, eso es una recomendación de la OMS y la OPS que hemos hecho aquí. Hemos organizado un taller de comunicación de riesgo para los voceros y comunicadores de la Secretaría de Salud, y trabajamos para traducir y difundir carteles para todas las capas de la sociedad y a las comunidades indígenas, que forman parte de la población de riesgo. Trabajaremos con un canal para elaborar y difundir mensajes masivamente a la comunidad. Nunca es tarde pero es un esfuerzo que debe hacer el País.

Como conclusión, ¿debemos entender que México está siendo un país ejemplar en esta lucha contra el virus?

Gabastou: Las lecciones llegarán cuando acabe la epidemia. Entonces, cada país hará su evaluación de las medidas que fueron favorables y las brechas que habrá que corregir en el futuro.

Al inicio de la crisis, ustedes felicitaron a México. ¿Hoy también?

Morales: Hasta el momento, sí.