Ante la pandemia del COVID-19, los bancos centrales y la banca comercial deben ser parte de la solución y no del problema, indicó el gerente general del Banco de pagos Internacionales (BIS, por su sigla en inglés), Agustín Carstens.
En un artículo de opinión escrito para el Financial Times, Carstens señaló que para elevar la capacidad de préstamo se necesita un congelamiento de los dividendos bancarios y recompras de acciones en todo el mundo.
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Agregó que debe haber un mecanismo en el que el financiamiento del banco central sea utilizado para préstamos, debido a que el riesgo compartido es necesario para asegurar que los riesgos económicos no se envíen a los bancos o al banco central.
Detalló que para desarrollar este esquema se puede otorgar a cada pequeña y mediana empresa un préstamo garantizado por el gobierno igual a la cantidad de impuestos que pagó el año pasado.
Para limitar el fraude y la manipulación en esta medida, Carstens señaló que únicamente las pequeñas y medianas empresas que fueron rentables el año pasado serán elegibles para un préstamo gubernamental.
Los préstamos garantizados por el gobierno o por los bancos para financiar cuentas por cobrar también podrán ser financiados por un banco central.
Estas medidas de liquidez funcionarán si se aplican de manera global, construidas con líneas de intercambios en dólares a fin de evitar el colapso de las líneas de suministro, concluyó Carstens.