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e-consulta Veracruz / Inés Tabal G.

José e Isabel trabajan todos los días desde las cinco de la mañana hasta que el sol se oculta, ellos no pueden parar, sus ingresos del día no se lo permiten, la vida en la zona de mercados del puerto de Veracruz no se detiene, simplemente porque no se puede.

Entre fruta echada a perder, camiones llenos de verduras y transeúntes que caminan de un lado a otro con sus bolsas llenas de las compras del día, es como transcurre la vida en el mercado Unidad Veracruzana.

Como si fuera un día normal la calle Carlos Cruz esquina Nicolás Bravo, donde se ubican una gran parte de las verdulerías de la zona, está repleta de vendedores, carretilleros y bulteros.

 

Ellos no portan cubrebocas, tampoco usan gel antibacterial, mucho menos guantes y no es porque le resten importancia a las medidas de prevención que dictó la Secretaría de Salud, sino porque su sueldo no les alcanza para gastar en esos «lujos» como ellos le llaman.

Para las personas del mercado dejar de trabajar es sinónimo de quedarse sin comer.

Al lado de una camioneta repleta de piñas se encuentra José Benjamín, su acento yucateco lo delata, hace poco más de un año llegó con su familia a trabajar al puerto, su día se le va en vender piña miel y cuando termina dedica sus tardes y noches a pelar cebollas en un pequeño local del Mercado Unidad Veracruzana.

 

 

«Si no salimos no motivamos a la gente para que nos compre, si tú no sales no comes hay que salir, esas son broncas del gobierno, nosotros no tenemos por qué prestarnos a esas cosas», dice José, quien no cree en el covid-19 y aunque fuera real él sabe que no puede dejar de trabajar.

Para él la venta no bajó o al menos eso quiere pensar pues sabe que no le conviene decir otra cosa, para no asustar a sus clientes quienes cada minuto se paran a preguntar el precio del fruto.

 

 

«El Chino sí va a cerrar porque tiene dinero», señala a un enorme local de verduras de dos plantas cuya fachada esta tapizada de azulejo y sus barandales son de cristal.

Dice que la radio y los medios de comunicación solo los están engañando, no cree que el estado de Veracruz se encuentre entre los primeros lugares con más casos de covid-19, 24 confirmados y 173 sospechosos según señala la Secretaría de Salud.

Él ignora las palabras que emitió el presidente de la República donde recomendaba que los mexicanos no salieran de casa, argumenta que lo único que provocarán es que las personas delincan en los súper mercados, pues el pueblo no puede quedarse sin comer.

NECESITAMOS VENDER PARA PODER COMER

 

 

Para Isabel la venta sí bajó considerablemente, ella tiene 50 años de edad y vende legumbres en la esquina de Vicente Guerrero y Carlos Cruz, ese es su único trabajo; de sus ingresos dependen ella y su papá que tiene más 80 años.

Mientras se pueda seguir viniendo al mercado pues vamos a seguir viniendo, porque pues la gente necesita comprar sus verduritas, su alimento para comer ya si en algún momento dado las autoridades dicen que nadie salga que entremos a la fase tres pues entonces si ya, pero mientras seguiremos viniendo a vender lo que se pueda».

Interrumpe la entrevista para atender a una de sus clientes que le «regatea» el precio de la flor de calabaza, «a cinco pesitos doña» «¿Por qué tan caro?» «No manita es que yo solo me gano dos pesitos», y es que ella revende las legumbres que compra a unos campesinos, aunque solo gane unos cuantos pesos.

Comenta que no todos se pueden quedar en casa pues como ella lo dice «muchas personas vamos al día, necesitamos vender, aunque sea un poquito para tener un poquito de dinero, sino que comemos».