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La Jornada

Tras la crisis financiera de 2008-2009, actualmente los bancos cuentan con mayor capital y liquidez, pero entre grupos de inversionistas no se descarta que estas instituciones financieras puedan actuar como un amplificador si la recesión actual se profundiza más, advirtió Tobias Adrian, director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Subrayó que esta crisis efecto de la pandemia de Covid-19 no se ciñe a liquidez en el sistema financiero internacional, sino a solvencia de las empresas, la capacidad de cumplir con las obligaciones fiscales sin importar el plazo. Esto en un momento en que grandes segmentos de la economía global se han detenido por completo y donde se prevé que la política fiscal es el primer recurso para navegar la crisis.

“El sistema financiero ya se ha visto dramáticamente afectado. Una mayor intensificación de la crisis podría amenazar la estabilidad financiera mundial”, detalló al presentar el Reporte de Estabilidad Financiera, horas después de que el FMI publicara las estimaciones de crecimiento para la economía global; una contracción de 3 por ciento este año es el mejor de los escenarios.

Adrian explicó que de enero a la fecha también han caído las acciones de bancos, lo que evidencia el que no hay confianza plena de que no sean golpeados por una desaceleración más amplia que la actual. “Por ejemplo, las medidas de capitalización bancaria, basadas en los precios del mercado, ahora son peores que durante la crisis financiera mundial en muchos países”, explicó.

De acuerdo con el reporte, en el primer trimestre del año el peso fue la segunda moneda que más se depreció frente al dólar, cayó 25 por ciento por las afectaciones en los mercados de materias primas y por arriba sólo el rand de Sudáfrica.

En este contexto, el informe detalla que en el caso de exportadores de petróleo como México, a los riesgos que ya se prevén –dado un espacio fiscal limitado–, el colapso del precio del petróleo –de casi el 60 por ciento en el primer trimestre de 2020– suma como factor de deterioro dada la revisión negativa de la calificación crediticia y, Petróleos Mexicanos, como empresa estatal sistémica, se ha vuelto más vulnerable con el deterioro en lo petroprecios.

En general, los mercados financieros han respondido con volatilidad no vista desde la crisis financiera la incertidumbre sobre el impacto económico de la pandemia. Con ello, la liquidez del mercado también se deterioró significativamente, incluso en el Tesoro Estados Unidos, detalla el reporte.

La respuesta de bancos centrales, a través de préstamos y compras de activos, asciende a 6 billones de dólares y eso ayudó a generar una “frágil” estabilidad en los mercados. “Las condiciones financieras mundiales siguen siendo mucho más estrictas en comparación con el comienzo del año”, recalcó Adrian.

Con la ya prevista caída en el crecimiento, y el riesgo de que ésta caiga por debajo de 7.4 por ciento, los mercados emergentes –entre ellos, México– llevan la carga más pesada. El estudio consigna que las salidas de cartera en estos mercados ha sido de alrededor de 100 mil millones, equivalentes a 0.4 por ciento de su PIB, sólo con el riesgo de la pandemia.

En caso de que se deterioren aún más las condiciones económicas, todas las medidas de apoyo que se han procurado en las últimas semanas se tendrán que mover por el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales. “Esto podría exacerbar aún más el shock Covid-19”, advirtió.

Por el momento, no se tiene contemplado un incremento en la inflación, detalló en conferencia de prensa. Esta ha ido se ha desacelerado prácticamente en todo el mundo, y con ella también se espera que las tasas de interés bajen.

No obstante, la presión de la deuda es tal en algunos países, que el FMI estaría dando alivios temporales de deuda, en algunos casos permanentes. Y, en orden de poder distribuir más recursos para esta situación también el organismo está en vías de estirar su capacidad crediticia, actualmente en 1 billón de dólares.

Además de los riesgos sistémicos, el directivo recalcó que con el teletrabajo –que implica que muchos trabajadores de bancos laboren desde casa han incrementado los ciberataques. “En este momento de crisis, los delincuentes buscan aprovecharse de la debilidad los sistemas financieros. El numero de ciberataques han ido en aumento desde que empezó la pandemia”, reconoció.