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El Monitor Fiscal del FMI estimó que la deuda de México tendrá un aumento de 8 por ciento en 2020, hasta alcanzar el 61.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. Ayer el organismo dio a conocer sus proyecciones de crecimiento y planteó que la economía nacional caerá 6.6 por ciento, pero el Presidente Andrés Manuel López Obrador recomendó calma para observar los cambios económicos.

De acuerdo con las estimaciones presentadas en un reporte del Fondo Monetario Internacional, la deuda de México pasaría en 2020 del 53.4 por ciento actual, al 61.4 de las arcas nacionales. Sin embargo, el monto que representaría del PIB es menor al promedio de América Latina, que se ubicó en el 78 por ciento, y el internacional, de 96.4 por ciento.

El nivel de la deuda mexicana actual se ubica en su mejor dato desde 2015 cuando se colocó en 52.8 por ciento del PIB nacional.

Además, en el reporte el FMI previó un deterioro internacional en los balances fiscales de los países al cierre de 2020, pues las ayudas fiscales suman cerca de 8 billones de dólares. Conforme caiga el dinamismo de la economía global los países resentirán desplomes en ingresos arancelarios, actividad y comercio, advirtió el FMI.

El Presidente López Obrador instó este miércoles a “esperar y tener confianza” durante la crisis por la pandemia del coronavirus y pese a que el FMI pronosticó que la economía nacional caerá este año un 6.6 por ciento. “Esperar y tener confianza. Depende mucho de la capacidad productiva de los países, depende mucho del manejo de las finanzas”, dijo el mandatario en la conferencia matutina desde Palacio Nacional.

El FMI estimó que el PIB de México caerá un 6 por ciento este 2020 debido a una “combinación enorme de ‘shocks’” económicos como la contracción de Estados Unidos, el desplome de los precios del petróleo y la caída del turismo debido a la pandemia de COVID-19.

Cuestionado sobre el tema, López Obrador instó a “esperar” antes de hacer pronósticos porque la recuperación económica depende de la capacidad de producción, de las finanzas sanas, de la inflación o de la depreciación de la moneda nacional, entre “otros factores”. “Creo que hay esperar y hay que actuar con mucha responsabilidad”, resaltó.

Y esto aplica para el precio del petróleo, la actuación de las agencias calificadores o los pronósticos, remarcó. Dijo que cuando hay gran “inestabilidad” y falta de “normalidad económica” no es momento para hacer pronósticos.

Recordó que terminando la contingencia sanitaria se van a inyectar recursos “como nunca” a la economía popular. El fin de esto es dar capacidad de consumo a la ciudadanía, y así aumentar la demanda y por ende la producción.

México suma 5 mil 399 casos confirmados de COVID-19 y 406 muertos. Tras declarar la emergencia sanitaria hace dos semanas, el Gobierno federal obligó a parar todas las actividades no esenciales al menos hasta el 30 de abril y exhortó a la gente a quedarse en casa, si bien la cuarentena no es obligatoria.