Juan es un taxista, conduce la unidad 4376 de Xalapa, la pandemia de Coronavirus ha mermado su economía y la de su familia.
En entrevista, en una corrida del Centro Histórico de la Capital al Centro de Cancerología (Cecan), lamentó que en un día lo menos que ha ganado han sido 86 pesos.
“Eso fue el martes, el lunes apuradamente me gané 100, ya libres de cuenta, gasolina y la lavada del taxi, entre 30 y 35, depende de dónde lo lleves”.
A su ganancia le descuenta los 18 pesos del autobús que lo lleva de su casa a la de su patrón.
Por turno paga 150 pesos al dueño del taxi, mismos que ya son difíciles de conseguir desde que el gobierno federal y estatal emprendieron la campaña “Quédate en casa”.
Durante la jornada laboral consume aproximadamente 15 litros de gasolina, un aproximado a los 250 pesos, “y eso que ya bajo”.
Él es padre de una niña de 4 años, vive con su esposa quien se dedica a las labores del hogar, sus padres, eran comerciantes de colchas, cobijas, cobertores, pero por su edad, están en el rango de riesgo de enfermar de Covid-19 y ya no salen a trabajar.
Su hermana trabaja en la venta de antojitos, entre los dos mantienen aportan económicamente para el hogar, “chingada contingencia, todo se paraliza”, dice.
Como él, cientos de taxistas recorren las calles de la Capital para subir pasaje, ante la crisis, algunos de ellos han alterado las tarifas y elevados los precios.
Otros deciden trabajar como colectivo desde las colonias de la periferia a la zona Centro de Xalapa, de a 10 pesos por persona y prácticamente siguen la ruta de un camión del servicio urbano.
Pero la gran mayoría prefiere estacionar sus taxis a las afueras de los súper mercados y mercados para esperar pasaje.
La crisis de salud pública por Covid-19 afectó a este sector, pero también a los comerciantes, meseros de centros nocturnos, pero sobre todo a aquellas personas que en situación de calle.