Sergio Zapata Pacheco no creía en el covid-19, como muchas personas pensaba que se trataba de una mentira o invento del gobierno, sin imaginar que en pocos días pasaría a formar parte de los más de 68 mil pacientes positivos contabilizados en México.
En abril se contagió del virus SARS-CoV-2 junto a otros compañeros en su centro de trabajo, una de las plataformas petroleras ubicada frente a las costas de Tabasco.
“A los dos días que llegó a trabajar empezó la brotadera de temperatura, de dolor de huesos y un servidor empezó con ese malestar y esa noche me dormí con bastante dolor de hueso y bastante temperatura”, narró.
Sergio siguió trabajando, pues la doctora de la empresa dijo que sólo tenía un padecimiento febril y no era necesario hospitalizarlo, lo cual complico su situación física.
En poco tiempo se presentaron otros síntomas como tos, escurrimiento nasal, pérdida del sentido del gusto y problemas de respiración.
“Vuelvo a ir con la doctora y le dije que tenía todos los síntomas del coronavirus, pero ella me lo negó y me dio unos antibióticos, aunque pasó algo curioso: cuando me atendió me recargue en su escritorio y ella pegó un grito diciendo que ya había infectado su área de trabajo, por lo que mejor decidí salirme, pues su actitud me confirmaba que tenía covid”, detalló.
Regresó a casa y da positivo a la prueba
Sergio y su familia radican en el municipio de Minatitlán, desde donde viaja al estado vecino cada 15 días para trabajar, mientras que descansa el mismo periodo.
Pasado el incidente con la doctora, decidió comunicarse con su esposa y avisó que regresaría para internarse en el Hospital de Petróleos Mexicanos (PEMEX).
“Ese día llegué muy mal a mi casa, a la 01:00 de la mañana del miércoles 14 de abril, mi esposa y mis dos hijas me estaban recibiendo con cubre bocas, caretas y guantes, incluso me intentaron dar comida, pero todo lo vomité, porque no te sabe a nada lo que comes y sientes la falta de respiración te agobia”, cuenta el hombre.
El mismo día que llegó a Minatitlán, Sergio fue internado en el Área de Enfermedades Respiratorias donde le aplicaron la prueba que dio positivo al virus SARS-CoV-2, lo que marcó el cambio de la vida de su esposa Ana Laura y sus hijas Fernanda y Daniela.
“Cuando nos confirman que da positivo las tres nos abrazamos y por un momento sentía que el mundo se nos derrumbaba, pero tomamos fuerzas y decidimos no quebrarnos y ahora esperaríamos a que saliera del hospital para cuidarlo con todas las medidas sanitarias, que aplicamos desde que regreso de Tabasco”, mencionó Ana Laura, la esposa de Sergio.
Permaneció cuatro días hasta que los médicos lograron estabilizarlo y decidieron que podría recuperarse en su hogar; por lo que en una capsula de aislamiento fue regresado a su hogar donde permanecería hasta que se recuperara.
La ventaja para Sergio es que siempre fue un hombre sano y no presentaba otros padecimientos como diabetes o hipertensión que se complican con el virus del SARS-CoV-2.
“Cuando nos avisaron que regresaría a casa, se habilitó el cuarto donde iba estar, lo vaciamos las tres mujeres y sacamos closet, tele y tocador, todo lo que estaba en mi cuarto entre las tres para que él se mantuviera ahí. Hicimos una lista de lo que ocuparía en dos o tres semanas, desde ropa hasta utensilios básicos porque sabíamos que no lo veríamos en un buen tiempo”, detalló Ana Laura.
Decenas de petroleros contagiados
Petróleos Mexicanos (PEMEX) informó que hasta el 9 de mayo se registraron más de 3 mil 500 casos sospechosos de covid-19, de los cuales se han descartado 689 y se confirmaron 620 contagiados en los diferentes centros de trabajo que se encuentran distribuidos en la República Mexicana, entre ellos Sergio Zapata.
De esta cantidad, 225 fueron dados de alta, 202 continúan en aislamiento domiciliario, 83 en hospitalización en un pabellón aislado y 31 se encuentran en terapia intensiva. Han regresado a su domicilio 13 pacientes que estaban en terapia intensiva, informó la petrolera.
En semanas pasadas, medios de comunicación de Tabasco y Campeche dieron a conocer que algunas muertes corresponden a trabajadores de PEMEX que bajaron infectados por el virus de la plataforma Abkatún A, mientras que otras se dieron en la plataforma Ku Hotel, en la Sonda de Campeche.
La empresa productiva del estado ha reconocido casos en las plataformas Zaap C y MASE 801.
El reto era que nadie más se contagiara
La rutina de la familia Zapata de la Rosa cambió por completo, en su hogar abundaban artículos de limpieza como cloro, jabón líquido, detergentes, así como cubrebocas, caretas y guantes de látex. Y todo lo que se compraba o ingresaba a este hogar tenía que ser desinfectado.
“Tenía que pasarle el alimento a mi papá alrededor de 3 o 4 veces al día, también medicamentos o sacar su basura. Y fue ahí donde tomamos la decisión de que no solo me iba a desinfectar las manos, sino todo el cuerpo y pues decidí que me iba a bañar hasta 4 veces al día”, indicó María Fernanda, hija mayor de Sergio y quien fue designada para llevar las cosas al cuarto donde se encontraba.
La joven aseguró que el bañarse seguido le ocasiono que su cabello comenzará a caer; el uso excesivo de guantes y jabón también daño su piel.
Pero eso no importaba, pues tenían dos cosas en claro como familia: primero que a toda costa cuidarían de Sergio y no lo dejarían morir, y segundo que nadie más habría de contagiarse.
“Había momentos en que me quería quitar los gogles y todo para abrazarlo y decirle que todo está bien, cuando subía a dejarle su comida quería verlo comer y decirle algo, pero sabía que estaba de por medio mi mamá y mi hermana y si nos enfermábamos todos quien nos iba a cuidar”, relata Marifer.
Durante quince días Sergio recibió alimentos en platos desechables sin ver a sus hijas. Aunque sus platillos iban acompañados de notas donde le externaban cuanto lo extrañaban y le instaban a salir adelante, algo que aún duele recordar, pues durante la entrevista hacen un alto para abrazarse y llorar.
Los sacrificios dieron resultados y Sergio venció al coronavirus
Además de la salud física, lo psicológico también afectó a las tres mujeres, quienes nunca mostraron debilidad ante su padre y menos en las videollamadas que le realizaban desde la sala de su casa al cuarto donde se encontraba.
“Pues a través del celular era la única forma en que podíamos tener comunicación con él, aprovechábamos cuando estábamos en la recamara de abajo y le marcábamos, pues, aunque estuviéramos en la misma ya llevábamos casi una semana sin verlo”, manifestó Daniela, la hija menor de Sergio.
Pero el 10 de mayo las medidas aplicadas y los sacrificios rindieron frutos y el doctor que monitoreaba a Sergio confirmó que había derrotado al coronavirus.
“Nosotros no perdimos la esperanza, no perdimos la fe y sabíamos que los cuatro íbamos a luchar y cuando recibimos esa llamada gritamos de emoción y supimos que lo habíamos logrado, pues después de 15 días nadie de las tres presentaba síntomas del covid-19”.
Después de que su hogar fuera sanitizado, Sergio volvió a abrazar a su esposa e hijas y todos fueron revisados por un especialista, quien señalaba que la cepa fue expulsada del hogar de la familia Zapata de la Rosa.
En esta ocasión el llanto era de emoción y alegría. Pero sobre todo de agradecimiento a Dios por permitirles reencontrarse y que Sergio ahora forme parte de los más de 47 mil pacientes que venció a la pandemia en el país.
Fotos:e-consulta Veracruz