La última jornada del mercado petrolero fue volátil, pero las principales mezclas internacionales cerraron con alzas mensuales, luego de que en abril tocaran mínimos históricos debido a la baja demanda provocada por los cierres económicos y medidas de distanciamiento social para frenar la pandemia de la COVID-19.
La mezcla mexicana de petróleo terminó la jornada en 29.87 dólares por barril. El precio tuvo un alza mensual de 131 por ciento, 17.37 dólares más, desde el 30 de abril cuando cotizó en 12.5 dólares. El dato es la mejor recuperación de la mezcla mexicana de importación en la historia de sus cotizaciones.
A tasa semanal el crecimiento fue de 9.3 por ciento desde la cotización del viernes anterior cuando se vendió en 27.3 dólares por barril.
La Secretaría de Hacienda dio a conocer este viernes que los ingresos petroleros del país, durante los primeros cuatro meses del años, fueron 41.9 por ciento menores que en el mismo periodo del mes anterior.
El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cerró este viernes con una subida del 5.28 por ciento, hasta los 35,49 dólares el barril. Las fluctuaciones del día le ayudaron a sellar su mejor mes de la historia, con una subida mensual del 90 por ciento.
Al final de las operaciones en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex) los contratos de futuros del WTI para entrega en julio sumaron 1.78 dólares respecto a la sesión previa del jueves, cuando el Texas retrocedió un 2.7 por ciento.
Este viernes el precio del barril de petróleo Brent cayó 1.5 por ciento, hasta 35.4 dólares.
Los precios del petróleo subieron apoyados por repuntes en la demanda que, aunque algunos expertos advierten aún son insuficientes, han servido a los mercados para renovar el optimismo en un ambiente enrarecido por los posibles efectos de las renovadas tensiones geopolíticas y comerciales entre Estados Unidos y China.
Sin embargo, esta revalorización fulgurante del precio del barril texano no ha sido especialmente celebrada puesto que los precios continúan en niveles muy inferiores a los que registraba el WTI en enero, por ejemplo, cuando el oro negro estadounidense selló su último récord, por encima de los 65 dólares.
“No se siente como que haya sido el mejor mes de la historia, la verdad”, dijo en declaraciones a CNBC la jefa de energía de la auditoría KPMG, Regina Mayor, que agregó que aunque los 30 dólares por barril es un escenario “claramente mejor” que el de finales de abril, cuando el petróleo texano cotizó en negativo por falta de espacio de almacenamiento y el colapso del mercado, todavía “no es suficiente” para que la producción y la oferta vuelva a la normalidad.
Asimismo, el mercado permanece atento a los movimientos de los estados miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios (OPEP+) antes de la próxima reunión, fijada para el 13 de junio, y que será clave para dilucidar si se mantienen los niveles de ajustes en la producción que imperan hasta ahora o si es necesario ampliarlos.
Por otro lado, los costes de exportación del petróleo en todo el mundo han disminuido a medida que los recortes de la producción han forzado una reducción de la competencia para contratar barcos petroleros.
Por ejemplo, los precios de alquiler de los buques que transportan petróleo han caído un 77 por ciento desde su pico de marzo, cuando comenzó la corta guerra de precios entre Arabia Saudí y Rusia, y el coste para el alquiler de un buque con capacidad para dos millones de barriles de crudo se situaba alrededor de 59 mil dólares diarios.
En este contexto, los contratos de futuros de gasolina con vencimiento en julio sumaron más de cinco centavos hasta los 1.07 dólares el galón, y los de gas natural, que expiran en julio, sumaron dos centavos hasta los mil 849 dólares por cada mil pies cúbicos.
Foto: Cuartoscuro.