Habló a su alma el andaluz Adriano, emperador de Roma, cuando supo que ésa iba a ser su ultima mañana. «Alma muy pequeñita, vagabunda y frágil, Huésped y compañera de mi cuerpo, ¿a dónde irás ahora? ¿a qué lugares pálidos, duros, áridos, irás? Ya no contarás más chistes». Lo publica Eduardo Galeano en su libro «Espejos». Foto de «patrickmurfin.blogspot».