«Mercedes Barcha, 1932-2020, era la otra fiesta de las palabras que había en casa de García Márquez. Una fiesta de conversación sin altibajos. rebosante de historias, memorias, malicias y preguntas que iban al corazón de los asuntos que ya llevan dentro su respuesta. Tenia la extraña soberanía de presencia de las mujeres que han sido hermosas y bien queridas, y conservan y transmiten una seguridad esencial sobre las cosas del mundo y sobre el lugar que ellas ocupan en él. No recuerdo una mujer más dueña de sí, que ejerciera en su entorno  una autoridad tan natura, sobre tantas cosas». Es parte de lo que escribe Héctor Aguilar Camín en «Milenio». Foto de Jukián Ventura.